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viernes, 5 de octubre de 2007

Palabras para la graduación de la primera generación de la maestría en métodos y técnicas de investigación social

I. Quiero expresar un saludo para las autoridades de la Universidad de El Salvador que presiden este acto: Señor Rector Dr. José Benjamín López Guillen, Señor Fiscal Lic. Hernán Vargas Cañas, Señor Secretario General Lic. Ennio Arturo Luna.

Saludo a todas las personas que hoy nos despedimos por última vez como compañeros y compañeras de estudio y graduación. Saludo con respeto y fraterna solidaridad a todos y todas las participantes en este evento.

De manera especial, un saludo para el Dr. José Humberto Velázquez, y para el Licenciado Ayax Antonio Larreynaga Cálix, de quiénes debe decirse, sin ninguna duda, que aportaron los esfuerzos necesarios para fundar, sostener y conducir la Maestría en Métodos y Técnicas de Investigación Social, que hoy ofrece su primera cosecha.


II. Las ciencias sociales en El Salvador y en Centroamérica NO tienen un pasado largo y caudaloso. Sin embargo, algunos hitos y algunas personas sí se destacan sobre las sombras y los vacíos: queda para nosotros la huella de uno de ellos, el Dr Alejandro Dagoberto Marroquín, autor de obras que sorprenden a las nuevas generaciones universitarias, eficaz constructor académico de espacios institucionales, fundador del Departamento de Ciencias Sociales de nuestra Universidad, y símbolo de las capacidades autóctonas que hemos invertido y seguiremos ejecutando. Nos enorgullece que la Maestría en Métodos y Técnicas de Investigación Social reviva su recuerdo y sólo nos pesa que aún no hemos servido a su memoria como merece, puesto que no hemos ofrecido al país y al mundo la tan necesaria publicación de sus obras escogidas.

La apertura de la Maestría en Métodos y Técnicas de Investigación representa un nuevo hito en la historia de las ciencias sociales en nuestro país. En este momento es digno recordar la constancia del Lic. Gerardo Iraheta Rosales, quien sostuvo el Departamento de Ciencias Sociales en extremos y difíciles momentos, pero con la visión de abrir nuevos espacios académicos para las ciencias sociales en El Salvador. Gracias a que la Universidad contó con el trabajo tesonero de su capacidad profesional fue posible crear una Maestría que aporta a la investigación social.

El funcionamiento y culminación de la Maestría se logró a base de dos años y medio de grandes esfuerzos. Prevemos que la institucionalización de este nuevo espacio académico será difícil, de manera que llamo a todos los presentes a prestar con entusiasmo todo el respaldo que requiera la consolidación de esta obra.


III. En la actualidad muchos ya no piensan con el entusiasmo y la obstinación de los años 70 y 80 que la sociedad necesita un cambio social o una transformación revolucionaria. En un pasaje que expresa un estado de ánimo desesperanzado y renunciante, Edelberto Torres Rivas describe que "somos en consecuencia, contemporáneos de dos grandes fracasos, la fe en las virtudes de la razón y la confianza en la capacidad de la voluntad colectiva. Las ciencias sociales que hacíamos, fueron no sólo críticas de la sociedad sino que en muchos casos acompañaron el asalto contra el orden político. El fracaso en la construcción de una sociedad justa, pero indefinida como una utopía elemental, nos lleva ahora de la mano a un nuevo territorio, desconocido, resbaladizo: el realismo político o ideológico, que debe ser entendido como la habilidad para el ajuste personal a situaciones que ya no nos atrevemos a rechazar. Realismo es sinónimo de la oportuna adecuación, sin límites previstos, a un clima que ya no queremos criticar. Y que en algunos casos terminamos por aceptar."1 En estas circunstancias, añade Edelberto Torres Rivas, "el desamparo político, ideológico, puede ser total y fatal si no nos armamos de viejas convicciones nuevas."

Ambos, los renunciantes y los que todavía buscan insistir en "viejas convicciones nuevas" son solicitados por la sociedad salvadoreña de hoy, bajo la forma de mercado laboral, como demanda del trabajo especializado. La sociedad salvadoreña necesita cientistas sociales especialistas en investigación, como consultores, asesores y ejecutivos de los más diversos organismos internacionales, instituciones gubernamentales, y de toda la galaxia de organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales. Los cientistas sociales e investigadores también son requeridos como docentes en las universidades y como investigadores o asesores de investigaciones.

La sociedad salvadoreña de hoy, inmersa en la globalización de la economía y en la postmodernidad necesita de los investigadores sociales ya experimentados y activos, y en ocasiones, cuando cuentan con especializaciones y posgrados, y son competentes, las recompensa es segura.

Sin embargo, ¿Acaso son las necesidades del mercado las únicas que vale la pena reconocer y tomar en cuenta?

Las exigencias del mercado actual muestran que la sociedad salvadoreña en reordenamiento y transición necesita investigadores sociales y los seguirá necesitando. Para satisfacer al mercado laboral se precisa que la Maestría en Métodos y Técnicas de Investigación Social forme profesionales conocedores, al menos en las fuentes traducidas, de las tradiciones metodológicas y técnicas clásicas, recientes y contemporáneas, así de Norteamérica y de Europa como de América Latina. Sólo así será posible ir más allá del mercado.

Para llegar más allá del "mercado" se requiere cientistas sociales con capacidad crítica y proactiva, que profundicen y forjen nuestras tradiciones académicas y que busquen nuevas soluciones para los problemas de nuestro entorno social más inmediato Esto ha de ser, quizás en oposición al contexto de globalización postmoderna que nos envuelve o quizás en complementariedad autonómica frente a él. Sin esta condición, "el mercado" seguirá importando especialistas y contratando en los cuellos de botella y en las redes de intereses creados, algunos pocos investigadores orquesta, "todólogos", supuestos especialistas en investigar todo.


IV. Finalmente ¿qué nos depara el futuro?. En este momento de mutaciones sociales tan versátiles, la sociedad salvadoreña necesita de cientistas sociales con una sensibilidad orientada hacia mas allá del mercado. Precisa profesionales de la investigación social intelectualmente inquietos, intransigentes con todas las formas de opresión conocidas y por conocer. Requiere profesionales comprometidos a comprender a las personas socialmente desheredadas y desahuciadas, para descubrir en ellas su sentido de esperanza y solución.

La sociedad salvadoreña necesita de investigadores sociales que puedan encontrar afirmaciones y preguntas para proponer un cambio y afirmar la vida. Nosotros, compartimos el reto de integrarnos como demus profesional y contribuir a forjar un destino del país.

. Miércoles 8 de septiembre de 1999

Rafael Paz Narváez

1 Torres Rivas, Edelberto. "la sociología en Centroamérica". Conferencia magistral en el IX Congreso Centroamericano de Sociología. San Salvador. Mimeo. 1994. pág. 2

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