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jueves, 1 de octubre de 2009

ESTUDIO SOBRE PROCEDIMIENTOS PARA EL ANÁLISIS DE CLASES EN MARX, LENIN Y GRAMSCI

Por Jorge Ramos Pérez y Rafael Paz Narváez.
Managua, 1990.
UBICACIÓN DE LOS AUTORES RESPECTO AL TIEMPO

Existen importantes diferencias en la ubicación temporal desde la cual parte cada autor con respecto a la ocurrencia de los de los acontecimientos analizados. Marx realiza su análisis interesado en explicar la concatenacón entre una serie de hechos ya ocurridos. Desde el presente explica el pasado para retornar y reexplicar el presente. Por el contrario, Lenin parte del presente para intentar establecer los probables cursos futuros de los acontecimientos y luego, reexaminar el presente. Aunque ambos autores comparten como punto de partida la ubicación en un presente, y el retornar al mismo, la pregunta implícita de Lenin ¿que puede ocurrir? está más urgida por la práctica política que la respuesta de Marx: Esto ocurrió. Sin embargo debe tomarse en cuenta que el sentido de los análisis está fuertemente influído por el carácter de los hechos. Marx analiza acontecimientos que coronan todo un reflujo contrarrevolucionario, en cambio Lenin analiza acontecimientos que evidencian un ascenso de los ánimos revolucionarios.

La circunstancia de examinar sucesos ya acaecidos permite a Marx establecer períodos claramente definidos, inclusive con día y mes. De hecho, en su obra El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, establece tres períodos, y al interior de esos períodos delimita subperíodos (final capítulo VI), en correspondencia con cambios en la situación del proceso político de Francia. Se parte de una pseudo-confraternización entre todas las clases, pasando por la constitución de una república, hasta llegar en el último período a la forma política de una república constitucional, cuya clausura,mediante una supuesta reatauración imperial, a su vez clausura el período. Los períodos II y III se dividen en tres subperíodos, de éstos, el tercero del tercer período (es decir, III,3) se subdivide en cuatro momentos (a, b, c, d). La distinción de fases en el proceso de constitución de la república como forma política sirve de criterio pera definir los períodos. Los subperíodos dan cuenta de la evolución de la lucha de clases, marcando el ascenso, la dictadura y la derrota de cada clase o su respectiva fracción política.

Unicamente en el segundo sub-período del tercer período (es decir III, 2) se habla de representantes políticos (partido del orden; para el caso) para referir la dictadura de una clase social (la gran burguesía). En este caso, no utiliza el término dictadura si no el de dominación. Finalmente los distintos momentos (a, b, c, d, del III, 3) refieren claramente cambios en las relaciones dadas entre representantes políticos.

Así, es posible percibir la relación entre período y formación de la organización política de la sociedad; sub-período y lucha de clases, y; momento y lucha política, es decir lucha entre los agentes políticos que representan y gestionan los intereses de las distintas clases sociales.

En cambio, Lenin, que pretende determinar el rumbo general de los acontecimientos políticos desde el presente hasta el futuro, no puede operacionalizar el tiempo político de una manera detallada. No obstante, instrumentaliza recursos de análisis muy similares a los empleados por Marx. Lenin se apoya fundamentalmente en el análisis de lo lógico y lo histórico en una situación concreta, sirviéndole de criterio para diferenciar los elementos de pasado y de porvenir presentes (véase el capítulo X de su obra).1

El punto central del análisis parte de la sucesión lógica en la dominación de las clases sociales. Así, una fase burguesa antecede, lógicamente, a una fase socialista. La revolución socialista ha de suceder a la revolución burguesa. Reconsiderando este ounto de análisis desde la situación histórico-concreta, Lenin postula que, dadas las circunstancias, la burguesía rusa no necesita realizar la revolución política burguesa, si no, más bien, pactar con la autocracia zarista. En estas condiciones, la revolución que antecede a la revolución socialista puede realizarse únicamente si las clases populares (proletarios y campesinos) ejecutan por si mismas tal revolución.2

De acuerdo al análisis lógico, la clase burguesa debe dirigir la realización de la revolución burguesa y el proletariado la realización de la revolución socialista. Por el contrario, según el análisis de lo lógico y lo histórico, es el proletariado, en alianza con el campesinado, quienes deben dirigir la revolución burguesa, la cual, por lo tanto, pasa a definirse, para mayor precisión, como revolución democrática. Posteriormente el proletariado, en alianza con los semi-proletarios del campo, debe dirigir la realización de la revolución socialista. De esta manera, Lenin operacionaliza el tiempo para definir lógica e históricamente las grandes fases de desarrollo que deben guiar la intervención de los representantes políticos del proletariado en el curso de los acontecimientos, es decir, el diseño de la táctica presente.

Una de las conclusiones que pueden derivarse al examinar el modo en que Marx y Lenin operacionalizan el tiempo destaca la diferenciación entre un patrón o medida de tiempo construído sobre la base de observar acontecimientos específicamente naturales (como la rotación de la Tierra alrededor del Sol, el año; o la rotación sobre su propio eje, el día) y la construcción de otro patrón o medida del tiempo a partir de observar acontecimientos específicamente sociales, tales como el ascenso, dominación y derrota de una clase social o una fracción de clase. Así al constrastar ambos procedimientos de observación y medida de acontecimientos naturales y sociales, los últimos podrán aparecer condensados en varios días o diluídos en varios años.3 Por otra parte, pasado y porvenir suele definirse también a la dominación de clase, de tal manera que cuando se habla de "volver al pasado", se comprende que se habla de la posibilidad real de una restauración de un dominio de clase anterior.


ALGUNAS CATEGORÍAS UTILIZADAS POR MARX Y POR LENIN PARA CONSTRUIR SUS RESPECTIVOS ANÁLISIS

Examinar exhaustivamente todas o por lo menos, la mayoría de las categorías utilizadas por los autores en sus textos es una tarea más allá de los recursos y propósitos que motivan el presente texto. Algunas recapitulaciones de la obra de Marx y de Lenin, como las realizadas por Konstantinov o por M. Harnecker, se basan en la selección de algunas categorías, las cuales se presentan como las categorías fundamentales del marxismo. Con ello, no sólo sientan bases para propagandizar el marxismo de manera reducida, sino que, además, quedan ocultos los criterios utilizados en la selección misma, y por lo tanto su punto de partida ideológico.

En el presente trabajo, seleccionamos las categorías comprendidas por las clases sociales y representantes políticos de las clases sociales porque, a partir de su examen se aborda, casi obligatoriamente, la relación entre coyuntura y estructura, y por lo tanto, ofrecen la oportunidad de integrar el análisis estructural y el coyuntural. Otras categorías como estado, sociedad civil y hegemonía, fueron escogidas con el propósito de establecer la línea de desarrollo que, partiendo de Marx, pasa por Lenin, hasta llegar a Gramsci.

En el trabajo de Marx pueden identificarse cuatro momentos analíticos, mediante los cuales se articulan las categorías clases sociales y representantes políticos. El primer momento se refiere a la concepción misma de las clases sociales y de las fracciones de clases, partiendo de las similares condiciones de vida y producción en que se encuentran grandes masas de personas4. En este momento se vinculan las condiciones de vida de las clases y fracciones de clase con los intereses materiales que se asocian y derivan de tales condiciones.

El segundo momento analítico puede comprenderse a partir de la categoría que abarca una fracción de clase ideológicamente cohesionada, esto es, por una comunidad de ideas políticas.

Inclusive se comprende en esta categoría algunos intelectuales aunque ellos no compartan siempre una posición similar en el proceso de producción (estamos al nivel de lo que Gramsci considera el nivel de los intelectuales medios).


Uno de los aspectos más importantes de esta categoría es incluir el hecho de que un conjunto relativamente pequeño de personas, la fracción de clase ideológicamente cohesionada puede ejercer una influencia decisiva sobre un amplio conjunto de la población.5

Un tercer momento analítico aparece cuando Marx trata sobre los representantes políticos de las clases sociales. En este punto, la mentalidad de las personas que representan una clase social o una fracción de clase, aborda los problemas políticos, y sus respectivas soluciones de tal forma que satisfacen las emociones, los intereses y las necesidades de las clases o fracciones en una situación dada. Marx deja claro que la representación de una clase social puede ser asumida por un colectivo o por personas.6

Finalmente, el cuarto momento recoge las distintas formas políticas jurídicas mediante las cuales las clases sociales y sus representantes políticos, en lucha y en alianza con otras clases sociales y fracciones, organizan el gobierno sobre el conjunto de la sociedad. A este momento subyace la lógica de atribuir a cada clase social una correspondiente forma política para dominar la sociedad. Así la república debe ser la forma política por excelencia de toda la burguesía, grande y pequeña. No obstante, esta lógica se modifica substancialmente cuando se realiza el análisis concreto, de tal manera que surgen categorías como monarquía constitucional, república parlamentaria, república democrática, o república social, para explicar las concesiones a que se ve obligada una clase social para alcanzar el gobierno sobre las demás7 Marx se apoya en estos cuatro momentos analíticos, con lo cual logra explicar la acción simultánea de clases, fracciones y representantes, a pesar de los diversos grados de voluntariedad o involuntariedad con que actúan. Un resumen esquemático de las clases, fracciones, representantes y formas de organización política de la sociedad francesa analizada en El 18 Brumario se presenta al finalizar esta parte del trabajo.

También es posible encontrar en Lenin estos cuatro momentos analíticos, aunque, por supuesto se modifican las circunstancias históricas, los nombres de los partidos, la composición de las clases sociales, las formas político-jurídicas a las que se aspira, etc. La similitud del análisis de Lenin respecto al de Marx aparece con claridad al comparar el resumen esquemático elaborado siguiendo las mismas pautas que el cuadro para la El 18 brumario... Sin embargo, existen importantes diferencias en el análisis de Lenin. Por ejemplo, Lenin se apoya con insistencia y flexibilidad en la noción fuerzas sociales (véase cuadro N° 3). Por una parte, visto el cuadro N° 3 rápidamente, podrá advertirse que contrapone directamente, en lo fundamental, las fuerzas efectivas (debería advertirse, inclusive, militares) y las fuerzas dirigentes del estado a las clases fundamentales de la sociedad rusa de la época.

En general, puede afirmarse que Marx también describe ese tipo de situaciones, pero utilizando las categorías de estado y sociedad civil.8 Pero lo que interesa señalar aquí es, la semejanza metodológica entre los análisis de Marx y de Lenin, aún cuando no se apoyan exactamente en las mismas categorías.

*Lenin advierte que estas fuerzas sociales no apoyarán consecuentemente el campo en el que aparecen mencionadas, y que, llegado cierto momento, inclusive pueden llegar a cambiar de bando. Fuente pág 113. Dos tácticas de la socialdemocracia...




Algo similar ocurre con la noción de hegemonía, utilizada por Lenin9 para designar la capacidad que una clase social y sus representantes políticos desarrollan en la conducción y aprovechamiento del movimiento revolucionario, para eregirse en clase dirigente de toda la sociedad. Ya en Lenin aparece la hegemonía como una categoría que vincula, por una parte, la capacidad de conducción de una clase social y sus representantes políticos, y de otra, la capacidad de gestar alianzas con otras clases sociales, aunque, inicialmente se restringe, sobre todo, a las coyunturas revolucionarias. En Marx pueden encontrarse pasajes que por su concepción, están muy próximos a la noción de hegemonía. Por ejemplo, cuando hace ver que en la jornada de febrero de 1848 el proletariado parisino imprime su sello a la insurrección antimonárquica, pero sin alcanzar la realización plena de sus posibilidades.10

Años después, un lector atento de Marx y de Lenin, Antonio Gramsci, escogió, entre otras, precisamente estas categorías, fuerzas sociales, hegemonía, sociedad civil, las cuales, integradas en un nuevo conjunto, ofrecen posibilidades comprensivo-explicativas novedosas. Evidentemente fue Marx el primero en el análisis de una situación política y social dada como un análisis de las luchas y las alianzas entre las clases, fracciones y sus representantes políticos. En Lenin se encuentra una preocupación mayor por definir los modos y las circunstancias concretas en que una clase social puede ganar la conducción sobre las demás clases sociales que participan en un movimiento revolucionario, para, de esta manera, alcanzar la conducción y el dominio sobre toda la sociedad.

En Gramsci se encuentra de manera sistematizada, por una parte, la teoría de las alianzas de clase múltiples, cuando señala la posibilidad y necesidad de que las clases se hagan concesiones y articulen sus intereses en un conjunto mayor, el bloque de clases. Pero el bloque histórico de Gramsci no se reduce a un "sistema" de alianzas de clase, dado que, paralelamente, desarrolla la concepción de hegemonía, como proceso que posibilita la cohesión al interior de tal bloque mediante la conducción intelectual y moral de los representantes de una clase o fracción en particular. Por otra parte, la posibilidad de ejercer la hegemonía también requiere la promoción y establecimiento de un consenso entre las clases sociales, consenso que suele estar invariablemente asociado al ejercicio de la coerción, tanto al interior de las clases y fracciones integradas en el bloque histórico, como afuera de tal bloque, hacia las clases y fracciones disidentes.

Así, la hegemonía es conducción intelectual y moral, consenso establecido y, llegado el caso, coerción revestida de consenso, ejercida desde la clase o fracción dirigente y usualmente a favor de sus intereses materiales e ideológicos.

Gramsci tambien retoma la categoría fuerzas sociales, utilizada previamente por Lenin para operacionalizar simultáneamente los diferentes momentos analíticos planteados por Marx. Las clases sociales, como grandes masas de personas hacen la historia, pero de una forma en gran parte involuntaria, es decir, motivados por los intereses materiales asociados y derivados de su posición en la organización productiva y económica de la sociedad. Los representantes políticos también hacen la historia, a partir de sus acciones prácticas, las cuales son, por lo general, mentalmente previstas y voluntarias. No obstante, y en ello radica la coherencia teórica de este método, que si bien agrupa clases sociales, fracciones y representantes políticos (colectivos o individuales) bajo la categoría fuerzas sociales, exige analizar con atención la diferencia entre uno y otro tipo de fuerzas sociales, así como la relación entre ellas.11



1  "Naturalmente, en una situación histórico concreta se entrelazan los elementos del pasado y del porvenir, se confunden uno y otro camino (...) pero esto no nos impide en lo más mínimo distinguir lógica e históricamente las grandes fases de desarrollo". Lenin, Vladimir Illich. Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática. p. 102.
2  Marx hace una afirmación similar cuando explica las condiciones históricas de la insurrección del proletariado parisino en junio de 1948: "...en países de vieja civilización ... la república no significa en general más que la forma política de la subversión de la sociedad burguesa y no su forma conservadora de vida" (subrayado en el original). Marx, Karl. El dieciocho brumario de Luis Bonaparte. p. 102.
3  En relación con esto, sólo que enfocado desde la percepción subjetiva de los actores políticos, Lenin observa que "la revolución enseña, indudablemente, con tal rapidez y profundidad, que parecen increíbles en los períodos pacíficos de desarrollo político. Y lo que es particularmente importante, enseña a los dirigentes, no sólo a las masas". en Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, pág 45.
4  Además de la famosa descripción del campesinado francés de mediados del siglo XIX realizada por Marx en el último capítulo de El dieciocho brumario..., se puede consultar, en el mismo libro, la cuestión de las fracciones en el partido del orden, orleanistas y legitimistas. Marx explica "lo que separaba a estas fracciones no era eso que llaman principios, eran sus condiciones materiales de vida, dos especies distintas de propiedad; era el viejo antagonismo entre la ciudad y el campo, la rivalidad entre el capital y la propiedad del suelo". Poco más adelante añade "que cada uno de los dos grandes intereses en que se divide la burguesía -la Propiedad del suelo y el Capital- aspiraba a restaurar su propia supremacía y la subordinación del otro. Hablamos de dos intereses de la burguesía, pues la gran propiedad del suelo, pese a su coquetería feudal, y a su orgullo de casta, estaba completamente aburguesada por el desarrollo de la sociedad moderna". Pág 117.
5  Dado que Marx sólo utiliza esta categoría de forma implícita, conviene presentar un pasaje en el cual se aproxima a explicitarla. Refiriéndose a la Fracción burguesa republicana, escribe que "no se trata de una fracción de la burguesía mantenida en cohesión por grandes intereses comunes y delindadas por condiciones peculiares de producción, sino de una pandilla de burgueses, escritores, abogados, oficiales y funcionarios de ideas republicanas, cuya influencia descansaba en las antipatías personales del país contra Luis Felipe, en los recuerdos de la antigua república, en la fe republicana de un cierto número de soñadores, y sobre todo en el nacionalismo francés" (pag. 103, a inicios del capítulo II).
6  Para ilustrar este momento se puede citar un pasaje del capítulo III. En este pasaje Marx sostiene que la montaña representa políticamente a la pequeña burguesía, sin embargo, previene contra la creencia de "que los representantes democráticos [es decir, de la Montaña] son todos shopkepers [tenderos] o gentes que se entusiasman con ellos. Pueden estar a un mundo de distancia de ellos, por su cultura y su situación individual. Lo que los hace representantes de la pequeña burguesía es que no van más allá en cuanto a mentalidad de donde van los pequeños burgueses en modo de vida; que, por tanto, se ven teóricamente impulsados a los mismos problemas y a las mismas soluciones a que impulsan aquellos, prácticamente, el interés material y la situación social" (pág 119). Por otra parte, algunas personas también pueden representar una clase social, así, "Bonaparte representa a una clase, que es, además, la clase más numerosa de la sociedad francesa: los campesinos parcelarios" pág 171).
7  Al respecto, puede considerarse ilustrativo el siguiente pasaje: "La época que va desde el 20 de diciembre de 1848 hasta la disolución de la constituyente en mayo de 1849, abarca la historia del ocaso de los republicanos burgueses. Después de haber creado una república para la burguesía, de haber expulsado del campo de lucha al proletariado revolucionario y de reducir provisionalmente al silencio a la pequeña burguesía emocrática, se ven ellos mismos puestos al margen por la masa de la burguesía, que con justo derecho embarga esta república como cosa de su propiedad. Pero esta masa burguesa era realista. Una parte de ella, los grandes propietarios de tierras, había dominado durante la Restauración y era, por tanto, Legitimista. La otra parte, los aristócratas, financieros y los grandes industriales, había dominado bajo la monarquía de julio y era por consiguiente, Orleanista. Los altos dignatarios del ejército, de la universidad del foro, de la academia y de la prensa se repartían entre ambos campos, aunque en distinta proporción. Aquí, en la república burguesa, que no obstentaba el nombre de Borbón ni el nombre de Orleans, si no el nombre de Capital, habían encontrado la forma de gobierno bajo la cual podían dominar conjuntamente". (pág.110).
8  Atiéndase a las similitudes expresadas por Lenin en la contraposición de las fuerzas sociales en Rusia con el siguiente pasaje del 18 brumario: "En un país como Francia, donde el poder ejecutivo dispone de un ejército de funcionarios de más de medio millón de individuos y tiene por tanto constantemente bajo su dependencia más incondicional a una masa inmensa de intereses y existencias, donde el Estado tiene atada, fiscalizada, regulada, vigilada y tutelada a la sociedad civil..." (pág. 127).
9  En Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática casi no utiliza el término hegemonía. La siguiente parece ser la única ocasión en la que aparece: "Si nos dejamos guiar por la consideración de que nuestra participación puede obligar a la burguesía a dar la espalda a la revolución, cedemos, a consecuencia de ello, totalmente la hegemonía en la revolución a las clases burguesas. Entregamos así enteramenta el proletariado a la tutela de la burguesía". Lenin, Dos tácticas... pág 110 (quinto párrafo del capítulo 12).
10  "Mientras el proletariado de París se deleitaba todavía en la visión de la gran perspectiva que se había abierto ante él y se entregaba con toda seriedad a discusiones sobre los problemas sociales, las fuerzas de la vieja sociedad se habían agrupado, reunido, vuelto en sí y encontrado un apoyo inesperado en los campesinos y los pequeños burgueses, que se precipitaron todos de golpe a la escena política, después de caer las barreras de la monarquía de julio" (pág. 100).
11  En uno de sus textos más conocidos, Gramsci advierte contra ""el error en que a menudo se cae en los análisis histórico políticos consiste en no saber encontrar la justa relación entre lo que es orgánico y lo que es ocasional: así se llega bien a presentar como inmediatamente actuantes causas que en cambio lo son mediatamente, bien a afirmar que las causas inmediatas son las únicas causas eficientes; En un caso se tiene el exceso de "economismo" o de doctrinarismo pedante; en el otro, el exceso de "ideologicismo"; En un caso se sobrevaloran las cusas mecánicas; en el otro, se exalta el elemento voluntarista e individual"". Además conviene tomar en cuenta que "los fenómenos de coyuntura son ciertamente dependientes, a su ez, de movimientos orgánicos, pero su significado no tiene gran alcance histórico; Dan lugar a una crítica política menuda, de las de la actualidad del día, que se refiere a pequeños grupos dirigentes y a las personalidades responsables inmediatamente del poder. Los fenómenos orgánicos dan lugar a la crítica histórica social, que alcanza a grandes agrupamientos, más allá de las personas inmediatas y del personal dirigente". Análisis de situaciones. Correlaciones de fuerzas...




"El trabajo de Marx El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte fue escrito sobre la base de un análisis concreto de los acontecimientos revolucionarios de Francia en los años de 1848 a 1851. Es una de las principales obras del marxismo. En este libro se siguen desarrollando todas las tesis fundamentales del materialismo histórico: la teoría de la lucha de clases y la revolución proletaria, la doctrina del Estado y la dictadura del proletariado. Tiene excepcional importancia la conclusión que saca Marx en el problema de la actitud del proletariado respecto del Estado burgués. «todas las revoluciones perfeccionaban esta máquina -señala Marx- en vez de destrozarla» (pág 170). Lenin calificó esta conclusión de una de las principales y básicas de la doctrina marxista acerca del Estado. En El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte se estudia más ampliamente el problema del campesinado como aliado de la clase obrera en la futura revolución, se pone en claro el papel de los partidos políticos en la vida social y se ofrece una caracterización profunda de la esencia del bonapartismo" (Ob. Esc. un tomo, Progreso. Moscú).

"" "Lenin escribió el libro Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática en junio y julio de 1905, después de terminar sus labores en el III Congreso del POSDR y la conferencia de los mencheviques celebrada al mismo tiempo en Ginebra. Sobre este libro Lenin decía lo siguiente: ""En el se exponen ya de modo sistemático las discrepancias tácticas fundamentales con los mencheviques; Las resoluciones del "III Congreso del POSDR" (bolchevique) de la primavera en Londres y de la Conferencia menchevique de Ginebra dieron forma definitiva a estas discrepancias y llevaron a una divergencia cardinal en la apreciación de toda nuestra revolución burguesa desde el punto de vista de las tareas de las tareas del proletariado"". La publicación del libro Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática fue un gran acontecimiento en la vida del partido" "" (Ob. Esc. un tomo, Progreso. Moscú).


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