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viernes, 12 de febrero de 2010

HACIA UN PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN DESDE UNA EPISTEMOLOGÍA DE SUJETO A SUJETO

dedicado al Doctor Klaus Kuhnekath

Msc. Rafael Paz Narváez

¿Cuáles son los requisitos que una explicación debe cumplir para ser considerada como científica?

Una pregunta relativamente sencilla se debería responder con igual sencillez.

¿Cuáles son las condiciones básicas que una explicación debe cubrir para ser tenida como científica?

Obtener una respuesta clara a esta pregunta es relevante, sobre todo, si se lanza hacia el ámbito y quehacer de las ciencias sociales, las cuales durante mucho tiempo, y aún en la actualidad, aparecen, para algunas mentalidades conservadoras, como disciplinas que no poseen las mismas cualidades que las ciencias sobre la naturaleza.

Esto, a pesar de que, desde nuestra actualidad, ya resulta un contrasentido diferenciar entre naturaleza y sociedad como dos dimensiones de la realidad que pueden ser separadas de forma absoluta. Así como desde mediados del siglo XX perdió sentido y razón de ser aquella separación de la naturaleza en tres grandes reinos, mineral, vegetal y animal, y se impuso, contra ese dogma analítico, la necesidad de una comprensión sintetizadora de los procesos que, bajo las propuestas de la ecología, comenzaron a producir un conocimiento más pleno, el cual exigía revelar las relaciones entre las diversas entidades orgánicas, elementos físico-químicos y, más adelante , las entidades societales.


Consideraciones sobre el concepto de lo real

Aproximarnos al concepto de lo real es, sin duda, un ejercicio inevitable siempre que se trata de fundamentar la actividad científica. Para abordar y comprender el tema que nos ocupa desde una perspectiva lógica, es preciso examinar tres momentos diferentes en la producción de conocimientos acerca de la realidad.

El primer momento podemos simbolizarlo en la relación:

(1) S---------[O]

lo real como objeto

Adonde S representa a un sujeto, reconozcamos pues, a una persona, que conoce a un objeto, esto es, a O.

La peculiaridad de este primer momento consiste en que la realidad debe reconocerse como algo, es decir, como una cosa o ser afuera de uno mismo y de cualquier otro sujeto. Esta es una primera concepción de lo real, en la cual la realidad coincide con la calidad de objeto. En la tradición filosófica se ha planteado así:

Un ser no-objetivo es un no-ser. Supongamos un ser que no es objeto en sí mismo ni tiene un objeto. En primer lugar, un ser semejante sería el único ser; ningún otro ser existiría fuera de él mismo y estaría solitario y solo. Porque tan pronto como existen objetos fuera de mí, tan pronto como no estoy solo, soy otro, otra realidad respecto al objeto que está fuera de mí. (...). Suponer un ser que no sea objeto de otro ser, sería suponer que no existe ningún ser objetivo (...). Pero un ser no-objetivo es un ser irreal, no sensible, solamente pensando; es decir, un ser únicamente imaginado, una abstracción. Ser sensible, es decir, real, es ser un objeto de los sentidos o un objeto sensible, y equivale a tener objetos sensibles fuera de uno mismo, objeto de las propias sensaciones.
(Tomado de los Manuscritos de 1844.) Karl Marx.


En el segundo momento, que ya está supuesto en el primero, el concepto de lo real se extiende desde el objeto hasta la misma relación entre el sujeto y el objeto, lo cual podemos simbolizar así :

(2) [S-----------O]

Lo real como relación y como práctica de conocimiento.

La peculiaridad de este segundo momento consiste en definir como limitado, es decir, incompleto el concepto de realidad sí solamente se reduce al objeto y no se toma en cuenta que la misma actividad humana de conocer es constituyente de la realidad.

Estamos ante una segunda concepción de lo real, que invalida a la primera cuando la primera se asume como única. Para esta segunda noción, la realidad es la relación entre el sujeto y el objeto de conocimiento.

El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido el Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos sensoriales, realmente distintos que los objetos conceptuales; pero tampoco él concibe la propia actividad humana como una actividad objetiva.
(Tesis sobre Feuerbach, 1845 Marx).


Podemos plantear un tercer momento en la producción de conocimientos acerca de la realidad (y en la definición conceptual de la realidad). Como en el caso del segundo momento, que supone al primero, el tercer momento epistemológico supone al segundo y a la vez está implícito en él.
Aquí la relación podemos simbolizarla de las siguientes maneras:

(3) [S--------- (S-----O)]

O bien, simplemente :

(3) S-----------S

Con lo cual nos interesa reconocer especialmente, la capacidad de los sujetos como productores de la realidad, capacidad real que ya está implícita en los dos momentos anteriores pero sin delimitar este aspecto. Conviene ilustrar este punto con los siguientes fragmentos:

La diferencia entre sociedad y naturaleza, es que la naturaleza... no es producida por el hombre...Aunque no es creada por una única persona, la sociedad se crea y recrea de nuevo, si no ex nihilo, por los participantes en cada encuentro social. La producción de la sociedad es una «realización cualificada» [Skilled Performance] que los seres humanos mantienen y «llevan a cabo».
(Giddens: 1976)

...El conocimiento es una práctica de producción de la realidad, de su transformación. De ahí que no se puede hablar de un conocimiento aislado de la práctica, pues la misma razón de ser del conocimiento no está aislada de ella...
(Aquino, 1989)

Un aspecto para complementar las ideas presentadas en los dos fragmentos anteriores es que, si bien, las personas no producen la naturaleza si la transforman socialmente, sobre toda aquella que forma su entorno más inmediato.

Al considerar estos tres momentos en conjunto se tiene una concepción más amplia o más estricta de la realidad, y la reflexión científica puede recurrir a cada uno de ellos por separado, o bien, al conjunto. Algunas experiencias científicas y sobre todo algunas corrientes científicas se caracterizan por privilegiar o considerar tan sólo uno de éstos momentos epistemológicos.

Las reflexiones sobre la relación entre sujeto y objeto del conocimiento, así como sobre las condiciones que la hacen posible y válida se conoce como epistemología y, para efectos de reflexión, pueden considerarse de manera particular cada uno de estos momentos de la relación.

Hacia un programa de investigación desde una epistemología de sujeto a sujeto

En el transcurso de nuestra historia podemos distinguir una cierta evolución en la teoría del conocimiento. Inicialmente la actividad científica se desarrolla en las ramas de la Física y la Astronomía y aquí hay una relación especial, pues se está hablando de las ciencias naturales, tomando en cuenta que aquí hay una división entre Sujeto y Objeto como diferencia entre ser consciente y cosa inconsciente. Es decir, el sujeto aspira a entender al objeto, en un caso, por ejemplo: el sistema solar (objeto) existe independientemente de la persona (sujeto), el sujeto quiere saber sobre los procesos que ocurren independientemente de si él los observara o no.

Tenemos el primer momento de relación, personas que desean conocer un objeto, de manera que la realidad se reduce al objeto, en este punto es bastante útil separarse del objeto para conocerlo, desde luego que se parte de la premisa que en la realidad ocurren sucesos y relaciones independientes de que la existencia de alguien que los observara. Sobre la base de esa posición epistemológica, se pueden producir conocimientos adecuados; Aquí también opera un gran supuesto: que en la naturaleza los procesos y relaciones ocurren con una regularidad en la cual no interviene el observador, por ejemplo: En una reacción química la manera en que van a interaccionar el Hidrógeno y el Oxígeno es independiente de la opinión del observador y obedece a sus distintas configuraciones atómicas y a las propiedades que se derivan de estas interacciones de las moléculas y átomos, es decir, a factores que se suponen endógenos en la cosa a conocer y además regulares.

Para el análisis de una sociedad (por entidad societal, si se prefiere) es necesario trabajar con este momento o relación epistemológica; es decir hay que analizar la sociedad como objeto y una ciencia sobre la sociedad, como la Antropología, la sociología o cualquier otra, debe tener la capacidad de analizar este objeto.

Pero se ha establecido que en toda sociedad, a diferencia de la naturaleza abstracta, las personas son radicalmente diferentes de las cosas, y a causa de ello, se propone que las ciencias sociales realicen la investigación de sujeto a sujeto. Es preciso incorporar deliberada y reflexivamente el tercer momento epistemológico.

Sobre la posibilidad y necesidad de una epistemología de sujeto a sujeto hay que decir que se afirma que en un horizonte epistemológico trazado desde Kant, la orientación en la producción de conocimientos es una producción de conocimientos instrumentales, es decir, conocimientos que objetivan aquello que se conoce, por eso en el horizonte epistemológico de Kant, la relación de conocimiento es una relación entre objeto y sujeto en la cual el papel activo, por supuesto lo juega el sujeto y el objeto simplemente se conoce. Se conoce con ciertas dificultades, como trascender la apariencia para conocer la esencia.

En cambio, en un horizonte epistemológico de Habermas, se abre la posibilidad de orientarse hacia otras formas, otros tipos de producción de conocimientos por ejemplo, el conocimiento interactivo, o el conocimiento crítico interactivo. De acuerdo con Habermas, la persona tiene una facultad históricamente constituida para actuar de una forma estratégica, presuponiendo la aparición de ámbitos de acción social organizados de modo sistemático.

Esto significa que las personas organizan estilos de conocer para apropiarse de la naturaleza y de su entorno, por ejemplo. Estos estilos organizados para conocer ya ha creado todo un ámbito comunicativo en el cuallos objetos de la naturaleza se conocen precisamente como tales, como objetos para utilizarlos a conveniencia. En algunas ocasiones la realidad se reduce a esos objetos y el mismo sujeto que conoce no se considera parte de esa realidad. Es el momento que Marx denuncia como materialismo contemplativo, que considera a la realidad como objeto de conocimiento pero que no considera que las personas están inmersas en la realidad. Es decir no consideran el conocimiento como una práctica históricamente organizada. Por supuesto, Habermas tiene sus fuentes, una de las fuentes de Habermas, y de toda la escuela de la teoría crítica, es el propioMarx.

Esto significa, desde la tradición abierta en la escuela de Frankfurt con su teoría crítica, que la racionalidad que lleva a la dominación de la naturaleza se considera una racionalidad que al final está produciendo resultados negativos. Es decir, resultan consecuencias no esperadas y negativas al aplicar este tipo de racionalidad para conocer la naturaleza, dado sus propósitos de dominación y apropiación de ella como objeto, olvidándose que la realidad no es reducible a objeto, puesto que, considerada con mayor amplitud, es la relación entre los sujetos que conocen y esos objetos conocidos.

Por supuesto, el problema está en que una gran parte de la comunidad humana actual, en la práctica histórica se ha constituido como una comunidad epistémica, es decir una realidad que está organizada para conocer a la naturaleza como objeto y para apropiarse de ella como objeto sin tomar sensiblemente en cuenta la relación y consecuencias entre los sujetos y esos objetos de los cuales se apropian.

En este sentido, tomar en cuenta este conocimiento, es decir el conocimiento de aquellos sujetos que se apropian de la realidad nos está acercando a la definición de lo que llamaríamos un conocimiento interactivo, en primer momento nos aparece el conocimiento que tiene esta comunidad de seres humanos que se apropian de la naturaleza de esa manera, como objeto, de esa manera objetiva y olvidándose de la relación.

Sin embargo, para llevar a cabo la propuesta de una epistemología de sujeto a sujeto se requiere avanzar hacia la formulación de un programa de investigación se debe hacer énfasis exactamente en este tipo de conocimientos interactivos, es decir conocer cómo conocen los sujetos y conocer las prácticas inherentes a esos estilos de conocimiento de los sujetos, tanto como sus consecuencias.

Toda vez que se alcancen conocimientos acerca de esta forma de interaccionar, es decir se alcance un conocimiento interactivo, ya se está en condición de arribar, en un momento determinado, a un conocimiento interactivo crítico.

Surge también la posibilidad de que entre estos conocimientos interactivos, ahora delimitados y diferenciados, se pueda negociar la manera de apropiarse del mundo objetivo y se pueda negociar la manera de interrelacionarse entre las diversas comunidades epistémicas o entre las diversas comunidades que tiene distintos estilos para conocer. Negociar es una posibilidad, luchar a partir de la necesidad hecha conciencia es la otra posibilidad.

Por supuesto, en una epistemología de sujeto a sujeto surge la necesidad de conocer de una cierta forma ordenada para lograr establecer un conocimiento más sistemático, o sea un conocimiento trabajado de tal manera que permita comparar entre unas comunidades epistémicas y otras.

En general, se puede plantear que no existiría una serie de reglas fijas que no se puedan cambiar. Todo orden de reglas para estudiar la forma en que las comunidades epistémicas conocen y la forma en que las comunidades epistémicas se puedan relacionar entre unas y otras, o la misma forma en que las comunidades epistémicas se van interrelacionando, o se van, si se permite decirlo así, difuminando, difundiendo entre unas y otras, será siempre un orden de reglas posible, pero no el único posible.

Todo esto exigiría la construcción, o el diseño de distintas normas para estudiarlo. Pero entre muchas formas que se puedan plantear, para empezar, podríamos plantear una. Una epistemología de sujeto a sujeto puede proceder de manera ordenada estableciendo como las diversas comunidades epistémicas:

a. En primer lugar, realizan formas de conocimiento orientadas hacia el mundo objetivo.

b. Como se reconocen a sí mismas estas comunidades. Como se reconocen como comunidades epistémicas. Puede ser que este conocimiento de sí mismo sea explícito y manifiesto o implícito y latente.

c. Como reconocen a otras comunidades epistémicas.

d. Hasta dónde establecen un diálogo, es decir, hasta donde se sitúan frente a otras comunidades epistémicas reconociéndolas como comunidades de sujetos diferentes de la propia subjetividad de ellos.

e. Si es posible promover un diálogo interactivo, en el cual se negocian los intereses que se incorporan en la producción y orientación de los conocimientos instrumentales y críticos.

Radicalmente, una epistemología de sujeto a sujeto tiene la pretensión de situarse frente a otros sujetos como sujetos diferentes de nuestra propia condición de sujetos, otros sujetos frente a quiénes se puede y se debe dialogar, o llegado el caso, combatir. Es decir, sujetos frente a quiénes se debe aceptar que viven en el mundo de una forma distinta a la nuestra, que se apropian al mundo de una manera diferente a la nuestra. Y sujetos frente a quienes se puede y se debe negociar, llegar a un acuerdo respecto a como apropiarse del mundo objetivo, al menos como buen propósito.

Por supuesto, haciendo a un lado cualquier tipo de ingenuidades, es necesario reconocer que no necesariamente todas las comunidades epistémicas están dispuestas a practicar este principio del diálogo. Es necesario reconocer, haciendo a un lado las ingenuidades, que algunas comunidades epistémicas, se conciben solamente a sí mismas como conglomerado de sujetos, reduciendo de hecho a otros conglomerados y comunidades de sujetos a la condición de objetos.

De hecho muchas veces este auto reconocimiento de sujeto en una comunidad epistémica, es algo más implícito. De tal manera que, ese tipo de comunidades, no pueden tomar en cuenta a otras comunidades epistémicas como sujetos plenos, quizás en algunos casos, sólo como sujetos imperfectos, con lo cual, desde luego, solamente enfatizan la consideración de ellas como objetos y por lo tanto, no están dispuestas a establecer un diálogo con otras comunidades epistémicas.

Por lo tanto, en una epistemología de sujeto a sujeto, las relaciones posibles y diversas entre comunidades epistémicas parece ser uno de los puntos, una de las bases o uno de los asuntos sobre las cuales se puede construir y desarrollar más ampliamente.

Otro aspecto a considerar en la epistemología de sujeto a sujeto es el problema de la no transparencia. Es el problema de que todo sujeto tiene una visión de su mundo, incluyendo muchas veces una visión acerca de sí mismo y la relación de sí mismo con el mundo como una globalidad o una totalidad de nociones acerca del mundo que prácticamente nunca coincide con el mundo mismo. Es decir, la epistemología de sujeto a sujeto debe tomar en cuenta que las totalidades de nociones acerca del entorno que cada comunidad epistémica de sujetos tiene, no puede confundirse con el entorno mismo. El principio de la no transparencia desde un nuevo punto de partida es otro problema en una epistemología de sujeto a sujeto.

En el caso hacer una investigación social es necesario tomar en cuenta los tres tipos de relaciones epistemológicas. En este sentido es necesario tomar en cuenta procesos en los cuales no interviene la voluntad humana directamente y por lo tanto es necesario investigar qué está pasando independientemente de la voluntad de las personas.

Consideramos que en la actualidad es preciso insistir en una relación epistemológica de este tipo y abordar la producción del conocimiento científico desde ella, no solamente tomando en cuenta la sociedad como objeto, sino también la sociedad como conglomerados de sujetos desde cuya praxis resulta la historia.

Referencias

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1904 La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Barcelona. Península. (3ª ed. 1975) 263 p.

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