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jueves, 6 de diciembre de 2007

Metodologia y teoria social (primero)

I. EPISTEMOLOGIA Y METODOLOGIA
I.1. Puntos de llegada y puntos de partida en las reflexiones científicas y filosóficas.
I.2. La centralidad de los clásicos.
I.3. La interpretación unificadora de la metodología de los sociólogos clásicos: Bourdieu, Chamboredom y Passeron.
I.4. La interpretación divergente de las metodologías de los sociólogos clásicos: Mardones y Ursúa.
I.5. Las variantes metodológicas como recursos diferentes y complementarios en estrategias ascendentes y descendentes.

I. EPISTEMOLOGÍA Y METODOLOGÍA.

Rafael Paz Narváez

1.1. Puntos de llegada y puntos de partida en las reflexiones científicas y filosóficas.

Es frecuente considerar que las reflexiones científicas tienen un punto de partida y un punto de llegada. Ese punto de partida puede ser un conjunto de ideas o una tesis.

Eventualmente, tienen un punto de llegada en nuevas ideas, nuevas tesis que pueden, en un nuevo proceso, tomarse como nuevos puntos de partida. Así, podríamos decir, en lo que respecta a la epistemología o teoría del conocimiento, que las ideas que para Kant fueron un punto de llegada son, para muchos en la actualidad el nuevo punto de partida de su horizonte epistemológico.

Un punto de llegada es la culminación de un proceso de reflexión. Por ejemplo, la. concepción del valor-trabajo fue un punto de llegada para Adam Smith, pero, en cambio, esa misma concepción fue un punto de partida para Karl Marx. Otro ejemplo es, el concepto de hegemonía, que fue un punto de llegada para Lenin y un punto de partida para Gramsci.

Cuando planteamos una cierta sucesión entre puntos de partida y puntos de llegada en las reflexiones filosóficas, no proponemos que se entienda, necesariamente, como proceso acumulativo. Es decir, el hecho que en la ciencia, la filosofía y en otros campos de reflexión se perciban estos puntos de llegada y de partida no debe llevar inmediatamente a la suposición que las reflexiones se desenvuelven en la historia como proceso estrechamente acumulativo y continuo. De hecho, la relación entre puntos de llegada y puntos de partida puede ser una relación de ruptura, de discontinuidad. O sea, un punto de llegada puede ser un punto de ruptura en el cual se rompe con toda una tradición.

El propósito de este texto es repasar el proceso que llevó desde un punto de llegada, la interpretación unificadora de los clásicos y de su metodología a un nuevo punto de partida, con referencia a la interpretación de Bourdieu, Chamboderon y Passeron.

Ocupar ese punto de llegada en el texto El Oficio de Sociólogo y tomarlo como punto de partida para avanzar hacia un nuevo punto de llegada: la interpretación divergente de las metodologías de los sociólogos clásicos, que presentan Mardones y Ursúa. En otras palabras, queremos reconstruir un proceso en el cual el punto de partida es Bourdieu, Chamboredom y Passeron, y el punto de llegada son Mardones y Ursúa.

Consideramos que en las obras de estos autores están presentes reflexiones acerca de la epistemología y la metodología para las Ciencias Sociales. Durante los años 70, El Oficio de Sociólogo, representó la generalización de una posición epistemológica y la aceptación de su propuesta metodológica. El libro de Mardones y Ursúa Filosofía de las Ciencias Humanas y Sociales: Materiales para una fundamentación científica, desde la década de los 80 hasta el momento, se ha convertido en obligada referencia a la hora de revisar asuntos metodológicos y epistemológicos en las Ciencias Sociales.

El interés generalizado entre cientistas sociales acerca de las ideas contenidas en esos textos, motivaron nuestra reflexión, tomando en consideración que en ellos se contraponen referencias a los autores clásicos.

1.2. La centralidad de los clásicos.

Para Jeffrey Alexander, La Centralidad de los Clásicos es estratégica en las Ciencias Sociales. Entendemos como clásicos a sociólogos como Durkheim, Weber y Marx, no por ser los únicos autores con estatuto de clásicos de la sociología, pero sí por ser los más frecuentes y los que, con mayor frecuencia aglutinan adeptos a diversas posiciones en la metodología de las Ciencias Sociales. Los clásicos no se reducen a Marx, Durkheim y Weber, pero para efectos de análisis los autores posteriores se concentran en las ideas de esos tres autores.

En el análisis respecto a los clásicos y las Ciencias Sociales, Jeffrey Alexander plantea.que en las Ciencias Naturales (en las cuales existen autores como Galileo o Newton, entre otros), los investigadores actuales, al reflexionar sobre el mundo físico, no están.constantemente refiriéndose a las ideas de sus clásicos, ni siquiera, en muchos casos, al conjunto de las ideas de Einstein. Más bien, en las Ciencias Naturales los científicos comparten una serie de nociones sobre las características empíricas de los fenómenos que investigan.

Esto no sucede en las Ciencias Sociales, en ellas los científicos necesitan compartir toda una serie de nociones respecto a los procesos sociales y estas nociones no son inmediatamente verificables por la experiencia. Por ello, en las Ciencias Sociales se necesita la adscripción a un discurso, que suele ser persuasivo. En este sentido los clásicos cumplen una función como discurso de referencia primario al cual se adscriben varios cientistas sociales como una condición para establecer lazos de cooperación.

A partir de 1937 con la investigación de Parsons sobre La Estructura de la Acción Social, no solamente se sentaron las bases para crear el término clásicos de las Ciencias Sociales, además, se creó una práctica de referencia. Todas las corrientes contrapuestas y concordantes de las Ciencias Sociales, de una manera u otra, se refieren a los clásicos o destacan un clásico, realizando inclusive interpretaciones contrapuestas.

Bourdieu y Mardones (con sus respectivos colaboradores), son particularmente ambiciosos, porque aspiran a presentar un estudio sobre los clásicos, para abarcar asuntos epistemológicas para todas las disciplinas de las Ciencias Sociales, pero particulamente para la sociología.

El primer ejercicio de interpretación de los clásicos como argumento teórico, es Parsons, que pretendía definir que su propia interpretación teórica para las Ciencias Sociales era la explicitación del proceder objetivamente realizado por Durkheim, Weber y, añadía a Paretto y a otros autores, como Marshall. En cambio, en la interpretación de Parsons, Marx aparecía como un autor muy secundario. Esta interpretación de Parsons, posteriormente fue corregida y aumentada, en el sentido que se discutió lo pertinente de definir solamente a esos clásicos, muchos autores criticaron la lista y destacaron otros autores, elevándolos a condición de clásicos. La aparición más significativa en la lista de clásicos es la de Marx, a mediados de la década de los años 60.

En 1970, irrumpió El Oficio de sociólogo. En esa obra, los principales clásicos de referencia son Marx, Durkheim y Weber. En ella se presenta una interpretación unificadora de la metodología de los sociólogos clásicos, Más recientemente, en 1980 y para una concepción que se podría decir en gran medida todavía se reconoce como punto de inflexión para los cientistas sociales contemporáneos aparece una interpretación divergente de la metodología de los sociólogos clásicos. Esta interpretación es presentada por Mardones y Ursúa y básicamente trata de interpretar la obra de Marx, Durkheim y Weber en referencia a autores recientes.

Tenemos por lo tanto, que en ciencias sociales, algunos autores clásicos juegan un papel relevante, porque permiten describir y adscribirse a una posición metodológica, y para interpretar una posición básica de referencia. No necesariamente se debe compartir con Jeffrey Alexander, la idea de que los clásicos tienen una función, o sea, no es necesario compartir la interpretación funcionalista de la utilidad de los clásicos para las actividades de las ciencias sociales. Indudablemente, se puede llegar a otra manera de comprender la convocatoria y el consenso promovido con la referencia a los clásicos.

Los clásicos sirven para establecer consensos (y disensos) entre los cientistas sociales, consensos que crean comunidad y en este sentido, podríamos hablar que cada esfuerzo por interpretar a los clásicos, significa el esfuerzo de ganar una conducción intelectual y moral sobre la comunidad de científicos o sobre las diversas comunidades de científicos. Esta es una de las formas de proceder en las Ciencias Sociales.

1.3. La interpretación Unificadora de la Metodología de los Sociólogos Clásicos: Bourdieu, Chamboderon y Passeron.

El Oficio de Sociólogo apareció en la Francia de la década de los 70, más exactamente en 1973, como resultado de una producción conjunta entre Pierre Bourdieu, Jean Claude Chamboderon y Jean Claude Passeron, desde la Escuela Práctica de Altos Estudios. El libro fue rápidamente traducido a otros idiomas. La primera edición española apareció en 1975 y sigue reproduciéndose hasta la fecha. En 1990 todavía era un libro de mucho interés. En español ya existe una decimotercera edición (1990).

En El Oficio de Sociólogo se presenta una interpretación unificadora de la metodología de los sociólogos clásicos, por supuesto de Marx, Durkheim y Weber, entre otros autores. Consideran que la metodología de los clásicos puede entenderse en sus aspectos comunes y en esos aspectos comunes básicamente no difieren en el procedimiento para estudiar los fenómenos y procesos sociales.

En primer lugar, en la interpretación unificadora de la metodología de los sociólogos clásicos, plantean que no hace una diferencia radical respecto a los procedimientos que se utilizan en las Ciencias Naturales. Este es el primer punto interesante. Esto significa que el proceder científico en Ciencias Sociales y en Ciencias Naturales, sería prácticamente el mismo, bajo el supuesto que: La ciencia se ocupa de analizar, comprender, y explicar la esencia de los fenómenos y para llegar a tal esencia es necesario superar la apariencia. Por lo tanto, la ciencia es un procedimiento que, en primer lugar, se ocupa de la apariencia para trascenderla y llegar a la esencia. Ese es el primer presupuesto epistemológico que comparten tanto las Ciencias Naturales como las Ciencias Sociales.

Bourdieu y sus colaboradores elaboran esa interpretación unificadora de la metodología de los sociólogos clásicos, básicamente porque se encuentra en un horizonte epistemológico, fundamentalmente el horizonte de Kant, para la metodología de la investigación. Tomando como punto de partida la idea que la ciencia procede de la apariencia a la esencia, Bourdieu plantea y de hecho interpreta que los tres clásicos primarios (Marx, Durheim y Weber) consideran la necesidad de una ruptura respecto al mundo del saber inmediato.

La idea de Bourdieu es que los tres clásicos comparten la necesidad de trascender de la apariencia para llegar a la esencia y que para eso se necesita una ruptura con lo que las personas creen saber sobre el mundo en el cual viven. Por lo tanto, el primer requisito, la primera pauta común entre los sociólogos clásicos es la necesidad de una ruptura frente a los datos ofrecidos inmediatamente por la experiencia.

En segundo lugar, el siguiente punto compartido por los sociólogos clásicos primarios que estamos analizando, según exponen Bourdieu, Chamboderon y Passeron, es la necesidad de la construcción de un objeto de estudio. Esto significa que se debe dar una opción a la reflexión y conceptualización teórica en la construcción de este objeto. En otras palabras, la posibilidad de trascender el mundo de las apariencias, significa que debe realizarse una ruptura respecto a ese mundo y que esa ruptura puede consolidarse en base de una reflexión teórica racionalista.

El tercer lugar compartido por los clásicos, de acuerdo a la interpretación de Bourdieu, Chamboderon y Passeron, es el momento del racionalismo aplicado es decir, el momento en el cual el racionalismo se aplica a una contrastación, lo que podría ser una verificación sistemática de las concepciones teóricas construidas. Por lo tanto, un proceder común entre los sociólogos, semejante al proceder en las Ciencias Naturales, proceder que parte de una ruptura con las primeras nociones que se tienen acerca del mundo, nociones que son construidas mediante un procedimiento inicial empírico pero ingenuo. Esta ruptura puede realizarse mediante una reflexión teórica que construye un modelo y luego, ese modelo es contrastado empíricamente. En ese sentido, verificado.

Por lo tanto, para Bourdieu, Chamboredom y Passeron, al final, el ámbito del conocimiento es un ámbito delimitado, en gran medida, por Kant porque claramente es él quien propone por primera vez, de una forma muy clara, que en el proceso de conocimiento participan lo que podríamos llamar tres vectores: El primero es el vector de la práctica experimental, la experiencia sensorial es uno de las primeras fuentes y/o recursos para la obtención de conocimientos. Pero no basta la experiencia sensorial para tener un conocimiento que trascienda apariencias. Se debe implementar la reflexión racional. Pero tampoco basta, solamente, la reflexión racional para tener un conocimiento que trascienda efectivamente las primeras nociones y por lo tanto, se propone, desde el horizonte de Kant, una combinación crítica de la experiencia sensorial y la reflexión racional. Esto es lo que podríamos llamar un racionalismo crítico o un racionalismo aplicado.

En ese sentido, se puede comprender que la práctica experimental y la reflexión racional operan como vectores independientes en el proceso de conocimiento y también la aplicación crítica y simultánea de ambos, de la práctica experimental y la reflexión racional, se puede considera un tercer vector, en el proceso de conocimiento, de esta manera Bourdieu, Chamboderon y Passeron nos presentan una interpretación unificadora en la metodología de los sociólogos clásicos, circunscribiendo la metodología de ellos al horizonte epistemológico de Kant. Este fue el punto de partida para el trabajo de muchos sociólogos.

1.4. La interpretación divergente de la metodología de los sociólogos clásicos. Mardones y Ursúa.

El siguiente texto constituye un punto de llegada en las reflexiones sobre metodología y epistemología para las Ciencias Sociales, un punto de llegada respecto a Bourdieu, pero punto de partida para nuevas reflexiones que no necesariamente tienen, hasta el momento, un nuevo punto de llegada. El esfuerzo es partir del punto que establecen Mardones y Ursúa, para avanzar hacia nuevos puntos de llegada.

A diferencia de Bourdieu, Chamboderon y Passeron, Mardones y Ursúa son mucho más sensibles y menos dispuestos a aceptar la tesis que las Ciencias Sociales y las Ciencias Naturales tiene un proceder unitario, es decir, Mardones y Ursúa sugieren con mayor énfasis la posibilidad de que las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales no puedan realizarse siguiendo el mismo método, independientemente de que ambas procedan mediante un trascender de las apariencias para acceder a las esencias de los fenómenos o de los procesos. Esta es una de las diferencias notables entre uno y otro texto.

La otra diferencia es con respecto al sentido de superar el horizonte epistemológico Kantiano, mediante una interpretación divergente de los sociólogos clásicos. Para Mardones y Ursúa, quiénes se basan en una concepción de Habermas, existen básicamente tres posturas en las Ciencias Sociales y esas tres posturas divergentes son a la vez posturas que tiene en cada clásico destacado, un representante. La primera postura es la Postura Empírico Analítica y el clásico de referencia para esa postura es Emile Durkheim. En cambio otros autores más recientes lo son, sin duda, Karl Popper, Thomas S. Kuhn, T. Parsons, o Gino Germani, en nuestra America Latina.

Todas estos autores se circunscriben en esta postura empírico analítica. La otra postura mencionada por Mardones y Ursúa, como otra postura divergente, es la postura fenomenológica, hermenéutica y lingüística. Para abreviar, Y con el propósito de tender un énfasis, la llamamos postura hermenéutica. Esta postura está representada por el clásico Max Weber pero, por supuesto que no es el único autor de referencia.

Autores más recientes como Alfred Schultz, Gadamer o Peter Winch, también están en esta postura. Se podría decir, inclusive, corrientes enteras como el interaccionismo simbólico, o por supuesto, la etnometodología, también tiene una relación con esta postura hermenéutica en las ciencias sociales. En América Latina Fals Borda y la Investigación Acción Participativa debe también a esas fuentes, aún cuando no se circunscriba estrechamente en una hermeneútica contemplativa.

La tercera postura es llamada por Mardones y Ursúa, siguiendo en alguna medida a Habermans, postura dialéctica, o, también, crítico hermenéutica. En esta postura el clásico de referencia es Marx, pero por supuesto, incorporan a la Escuela de Frankfurt, dado que su base es una interpretación que viene desde Adorno, Marcuse, Horkhaimer y la nueva generación: Habermans, Karl O. Apel, a quiénes consideran representantes de esta postura dialéctica o crítico hermenéutica.

No estamos interesados en presentar las reflexiones de Mardones y Ursúa como definitivas, procediendo acríticamente con las concepciones de Habermas, de la misma manera, que en el pasado, algunas personas tampoco estuvieron interesadas en encerrarse adentro del horizonte kantiano de El Oficio de Sociólogo. Sin duda, hay que reconocer que ese texto constituyó una fuente de referencia para quienes abordaban problemas epistemológicos y metodológicos en la década del setenta. Igual se puede decir para el texto de Mardones y Ursúa en lo que se refiere a la década de los ochenta. El texto de Mardones y Ursúa fue publicado por primera vez en España en 1982, la primera edición. En México, la primera edición es de 1987, cinco años después, pero en la actualidad, hasta donde sabemos, ya existe una cuarta edición de 1993, y de la misma manera que El Oficio de sociólogo, ambos textos conservaran para más de una década el interés en las discusiones de los cientistas sociales.

Por supuesto las concepciones epistemológicas de Mardones y Ursúa o las concepciones metodológicas y epistemológicas de Bourdieu, Chamboderon y Passeron no son las únicas, es posible hacer otro tipo de reflexiones.

1.5. Las Variantes Metodológicas como Recursos Diferentes y Complementarios en Estrategias Ascendentes y Descendentes.

Otra interpretación general respecto a la manera como se procede para investigar en Ciencias Sociales es la que nos presenta Klaus Kuhnekath en su artículo «Acerca de la investigación social empírico cualitativa y su lugar en el sistema de las ciencias sociales y sus métodos». En este artículo, Kuhnekath menciona que básicamente existen dos procedimientos, dos modelos, dos tipos de investigación social, el tipo racionalista, de corte positivista y el otro el histórico. De manera muy general, el tipo racionalista es un tipo que concuerda o podría concordar con el tipo empírico analítico. El otro tipo, el historicista, puede concordar simultáneamente con la hermenéutica y con la dialéctica.

Pero la idea vital en autores como Kuhnekath, quién tiene por supuesto otras fuentes, como Kleining y Gadamer, o de autores como Karl von Meter (austríaco), es que ellos consideran que los autores en las ciencias sociales tienen interpretaciones divergentes de las metodologías de los sociólogos clásicos, tienen esa idea, pero proponen comprender esas interpretaciones divergentes como diferentes recursos que son a la vez complementarios en las estrategias de investigación social.

Kuhnekath menciona, por ejemplo, un esquema en el cual existen tres tipos de métodos para comprender los procesos sociales y para explicarlos. Estos son: los métodos cotidianos, los métodos cualitativos y los métodos cuantitativos. Se podría mencionar que la investigación cualitativa y hermenéutica corresponde a los métodos cualitivos, como momento de comprensión de los procesos sociales. La investigación empírico analítica, se podría decir también empírico racionalista, corresponde al método cuantitativo, a un más abstracto.

La investigación empírico-analítica para aumentar en sentido y eficacia, debe basarse en la investigación hermenéutica, y la hermeneutica aprender de los métodos implementados en la vida cotidiana. La propuesta de Kuhnekath también es compartida por Karl von Meter. Este último plantea que la oposición, la diferencia entre métodos, no puede evitar la complementariedad de los métodos cualitativos y cuantitativos, más bien propone que se pueden organizar investigaciones en Ciencias Sociales según estrategias ascendentes (de lo cualitativo-hermeneútico a lo cuantitativo-analítico) y estrategias descendentes, dependiendo de la capacidad cognoscitiva que ya se tenga sobre determinado proceso. Una estrategia ascendente, por ejemplo, puede partir de los conocimientos cotidianos, para sistematizarlos como conocimientos cualitativos y posteriormente los depuraría en proposiciones abstractas, empírico analíticas o cuantitativas, realizando una estrategia ascendente. O bien, cuando ya se tienen nociones empírico analíticas cuantitativas, puede realizarse el camino inverso, para verificar la idoneidad de los conocimientos generales en varios ámbitos cualitativos y llegar hasta los ambitos cotidianos. Es decir, para Kuhnekath y von Meter, la interpretación divergente de las metodologías de los sociólogos clásicos, resulta una divergencia tan grande que no pueda comprenderse de manera sistemática y complementaria.

Referencias

Alexander, Jeffrey
1987 «La centralidad de los clásicos» en A. Giddens y J. Turner. La teoría social, hoy. Madrid. Alianza editorial. (1ª ed. 1990) pp. 22-80.

Bourdieau, Pierre, Chamboredon, Jean Claude y Jean Claude Passeron.
1973 El oficio de sociólogo. Presupuestos epistemológicos. Madrid, Siglo XXI. 372 p.

Kuhnekath, Klaus
1987 «Reflexiones sobre una metodología de la investigación social empírico cualitativa en el sistema de las ciencias sociales y sus métodos» en Cuadernos de Sociología. UCA, Managua, Nº 4-5, mayo-diciembre 1987, pp 11-28.

Mardones, J. M. y N. Ursúa
1982 «Filosofía de las ciencias humanas y sociales. Nota histórica de una polémica incesante» en Filosofía de las ciencias humanas y sociales. Materiales para una fundamentación científica. México. Fontamara.(4ª ed. 1993) pp 15-38.

Meter, Karl M. von
1994 «Metodología Sociológica» en Revista internacional de ciencias sociales Madrid. UNESCO. marzo 1994, Nº 139 pp 25-36.

Parsons, Talcott
1937 La estructura de la acción social. Estudio de teoría social con referencia a un grupo de recientes escritores europeos. Madrid. Guadarrama. 1968. 2 vol. 982 p.

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