escritos

viernes, 9 de octubre de 2009

Recuento estratégico sobre el proceso político salvadoreño

Rafael Paz Narváez

I. De la lucha por la revolución hacia la victoria electoral en las presidenciales del 2009

1.Es un lugar común afirmar que nos encontramos en una situación de inflexiones estratégicas, es decir, un momento histórico en el cual algunas tendencias marcan un ascenso definitivo, en tanto otras entran en declive o se mantienen estables y latentes.

2.En definitiva, estamos cerrando el ciclo del siglo XX, que fue escenario de lucha entre tres proyectos de nación, de sobra conocidos: el oligárquico, el democrático reformista y el revolucionario. A raíz del ascenso de las fuerzas democráticas en el panorama político de El Salvador, el 15 de marzo de 2009 marca una derrota política de la tradicional oligarquía salvadoreña ahora reconvertida en bloque empresarial hegemónico. Se ha logrado por primera vez en la historia (el único antecedente digno de mención puede ser la efímera y malograda presidencia de Araujo en 1931), una derrota política de las fuerzas oligárquicas, cuya hegemonía en este momento se ha desquebrajado.

3.Un recuento de los principales acontecimientos políticos de la segunda parte del siglo XX nos lleva a recordar los enfrentamientos entre el Partido de Conciliación Nacional y la Unión Nacional Opositora (una alianza entre el Partido Demócrata Cristiano como fuerza líder, el desaparecido Movimiento Nacional Revolucionario, de inspiración socialdemócrata, y la Unión Democrática Nacionalista, con influencia del entonces proscrito Partido Comunista Salvadoreño) que se resolvieron mediante los fraudes electorales de 1972 y 1977, lo que contribuyó al definitivo ascenso de las fuerzas revolucionarias político militares durante los años 70. Las fuerzas revolucionarias nacen en la dispersión de varios grupos revolucionarios durante los primeros 5 años de la década de los años 70, llegando a perfilar su iniciativa estratégica a partir de 1979.

4.A partir de 1979 se produce la confluencia entre las fuerzas democrático reformistas y revolucionarias, se conforman el Frente Democrático Revolucionario y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. En el primer programa de esta amplia alianza predomina la proyección revolucionaria, la cual se manifiesta en el breve documento histórico del programa de gobierno democrático-revolucionario. Sin embargo, en relativamente poco tiempo, este acento cambia, porque a partir de 1983 este primer programa es desplazado por el programa de gobierno de amplia participación, en el cual, el predominio pasa a las fuerzas democrático-reformistas.

5.De 1983 a 1992 se produce un lento reacomodo que lleva finalmente al abandono de los métodos y las formas de lucha revolucionaria para negociar la participación e integración en el régimen político hegemonizado por la oligarquía. En lo sustancial, se entregan las armas a cambio de la participación política en eventos electorales.

6.De 1992, o más bien, de 1994 al 2009, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional existe casi exclucsivamente para posicionarse en los cargos públicos de alcaldías y asamblea legislativa, y competir por la presidencia de la república. Aunque como fuerza política tiene un origen de carácter revolucionario, desde 1983 emplea los métodos revolucionarios para la consecución de propósitos democratizadores, y desde 1992 se convierte en partido político electoral para competir por cargos públicos. Ahora, en 2009, mediante la figura de un candidato, sin duda extraordinario, se ha constituido una amplia alianza democrática, ha logrado derrotar al partido ARENA, y finalmente ha llegado al planteamiento de un gobierno de unidad nacional (de amplia participación). Es decir, durante la priméra década de apertura del siglo XXI se han logrado los objetivos democráticos del siglo XX.

7.La forma en que se ha logrado esta victoria electoral es ejemplar respecto a la capacidad histórica de las fuerzas políticas que operan en los escenarios de El Salvador. De una parte, el bloque empresarial hegemónico apostó todo a mantener a su representante político principal en el poder ejecutivo, realizó una campaña electoral en la cual degastó hasta el agotamiento su control sobre los aparatos electorales, y en la conciencia de que ello no bastaba, concertó con el conjunto del aparato del estado y otras fuerzas políticas y sociales un fraude electoral para mantenerse al frente del poder ejecutivo. En contrapartida, la conversión pragmática de la mayoría de la fuerzas revolucionarias en actores que juegan a la democracia representativa logró acumular, durante la post guerra (1992-2009), un conjunto de espacios democráticos que van consolidando su posición. Las fuerzas democrático reformistas se mantienen minoritarias y latentes, hasta que aparece un candidato que logra convocar los esfuerzos de ambas proyecciones históricas y se produce la alianza que, de hecho, se perfila con capacidad de disputarle el poder ejecutivo no sólo al partido de la oligarquía, sino al bloque de derecha en su conjunto.

8.Las fuerzas revolucionarias que han permanecido latentes desde 1983, o que se han decantado después de los acuerdos de paz como tendencia, juegan un papel secundario (sin duda) pero vital en la coyuntura. Más que orientarse a ganar las elecciones, se enfilan a derrotar el fraude electoral, y sin mayores recursos (en comparación con lo que se ha gastado en campaña electoral) contribuyeron a animar el espíritu revolucionario popular que se vuelca en la defensa no sólo del voto, que hubiera sido insuficiente, sino en defensa del mismo proceso electoral.

9.El lema de trabajo de las fuerzas revolucionarias, hasta las elecciones de 2009 fue ampliar la convocatoria democrática y profundizar el carácter revolucionario de las organizaciones populares. Después del evento electoral ese lema puede transformarse en profundizar la democracia y preservar las tradiciones revolucionarias populares. La consigna de base para este nuevo escenario puede ser Defender, ampliar y profundizar las conquistas democráticas y acrecentar las tradiciones revolucionarias de los sectores populares.

10.Durante el siglo XX se luchó por la revolución socialista y se conquistó la participación democrática. La victoria electoral del 2009 abre la posibilidad de avanzar más alla de la existencia de espacios democráticos: Es posible que los sectores populares y revoluconarios no se conformen con haber derrotado el fraude electoral y ganado una elección presidencial, podría ser que se tracen la meta de reformar profunda y extensivamente el aparato electoral; Un desafío para las fuerzas populares organizadas será evitar conformarse con buenas o mejores políticas económicas, y optar por garantizar la producción eficiente y solidaria desde aquellos medios de producción en posesión de los sectores populares; Otro desafío es evitar el conformismo respecto a una ampliación en el acceso a los medios de comunicación, y procurar la transformación del marco jurídico que norma los espectros de frecuencias para la transmisión audiovisual. Desde la tradición revolucionaria se ha contribuido al ascenso de las fuerzas democráticas y se han potenciado redes y nodos de comunicación popular alternativa. En este nuevo momento histórico, el desafío será ir más allá, y considerar la necesidad de profundizar la democracia haciendo prevalecer en su proceso los intereses de los sectores populares, posicionando sus organizaciones en una estrategia de apoyo crítico a las fuerzas democratico progresistas y defensa frente a los posibles embates de las fuerzas reaccionarias.

11.¿Cual puede ser el destino de la tradición revolucionaria del pueblo salvadoreño en el nuevo escenario de profundización de la democracia? En primera instancia se impone la defensa del gobierno democrático frente a los potenciales ataques de las fuerzas reaccionarias. No está jurado que más adelante no puedan ocurrir maniobras desestabilizadoras de todo tipo o que inclusive, se intenten azonadas golpistas. Sin embargo, en lo fundamental, el trabajo de las fuerzas revolucionarias es acompañar a los sectores populares en la defensa de sus intereses, utilizando en primera instancia los métodos democráticos, aunque, si con dichos métodos no se logra contener el asedio contra los sectores populares, la movilización popular combativa siempre podrá ser un recurso a considerar.

12.¿Hasta cuando podrán mantener las fuerzas organizadas de los sectores populares una actitud latente? Se ha llegado al momento en el cual puede ser necesario proponer un programa democrático revolucionario, el cual en este momento se encuentra disperso entre los diversos sectores organizados. Este programa debe recoger las metas y procedimientos de los sectores feministas, ambientalistas, economistas alternativos, comunicadores alternativos, educadores alternativos, etc, y fusionarlos desde la práctica con los intereses de los sectores populares y sus organizaciones.

13.El 15 de marzo de 2009 ha triunfado la tesis de que todo el esfuerzo revolucionario debía orientarse y respaldar la negociación con los sectores oligárquicos (como representantes y aliados de los intereses de la gran potencia norteamericana) y que debía incluirse a todas las fuerzas políticas y sociales en la conformación de un gobierno de amplia participación. El gobierno de unidad nacional es una expresión de dicha verdad histórica.

14.Las fuerzas revolucionarias presentes en la tradición política del pueblo salvadoreño podrían trazarse, como aspiración, la búsqueda de un gobierno democrático revolucionario en el cual prevalezcan los intereses de los sectores y clases populares y de las reivindicaciones feministas y ambientalistas, pero ello significaría un proceso de movilización y articulación de fuerzas del mediano al largo plazo: se han requerido 25 años para que el gobierno de amplia participación se vislumbre como una posibilidad concreta. No es posible estimar cuantos años pueden pasar para llegar a concretar un gobierno de otro tipo.

15.Si el gobierno actual puede ser un gobierno de transición, como se ha dicho, un escenario político posible es definir ese carácter desde los sectores populares, sobre todo el carácter de dicha transición.

II. De la derrota del fraude electoral hacia la conformación de un gobierno de unidad nacional por las fuerzas democráticas

1.Para las fuerzas de derecha la derrota es más contundente en la medida y calidad en que no la habían considerado como un escenario en el cual podrían desenvolverse. Ni el partido ARENA (por Alianza Republlicana Nacionalista), ni las fuerzas armadas, parecen haber considerado que podían verse obligados por las circunstancias a aceptar la victoria electoral del fmln (por Frente Farabundo Martí de Liberación), en el último jalón, con una costelación de alianzas de última hora.

2.En esta alianza, las fuerzas revolucionarias que no están integradas (y en latencia) en el fmln jugaron un papel de acompañamiento y movilización, no de alianza política en el sentido de aspirar a un posisionamiento en cargos políticos, dado el probable caso de una victoria.

3.El planteamiento de gobierno de unidad nacional parece abrirse a la participación hasta de sectores y clases que se identificaban y se representaban con el partido ARENA. Todo parece indicar que los sectores empresariales organizados están proponiendo tener una participación en el gabinete.

4.En las últimas jornadas electorales, la movilización popular contra el fraude adquirió una dimensión casi inédita en la historia: se rodearon lugares en los cuales se sospechaba que habían (y efectivamente había) contingentes de personas dispuestas a participar en el fraude. El estado de ánimo popular era definitivamente inclinado a la intolerancia respecto a cualquier otro resultado de las elecciones que no fuera el triunfo de Mauricio Funes como candidato presidencial del fmln (de hecho esto fue uno de los resultados de la descarada gestión del aparato electoral por parte de ARENA). En algunos sectores populares inclusive se anticipaba espontáneamente enfrentamientos con la policía y las fuerzas armadas.

5.En las últimas jornadas electorales las personas que integran la Policía Nacional Civil no dieron muestras de permanecer como un cuerpo incondicionalmente dispuesto a la represión. Parece que en el caso de las fuerzas armadas si existía mayor preparación, anticipación e inclinación a participar en una azonada represiva contra los sectores populares.

6.En la derrota de ARENA concurren dos factores básicos, de una parte, la movilización popular contra el fraude, y de la otra parte, un contexto internacional en el cual ARENA no podía prever apoyo para consumar un fraude. Parece ser que inclusive la administración Obama se mantuvo a distancia de la posibilidad de acompañar un proceso fraudulento.

Visión global sobre las Bases para el Plan de Nación

Ponencia presentada para la Universidad de la Paz, El Salvador, 1996.
Rafael Paz Narváez

Para comenzar, quiero expresar mi agradecimiento a la Universidad para la Paz de la Organización de las Naciones Unidas, por la gentil invitación a participar en este interesante evento. También quiero expresar mi saludo respetuoso y fraterno para todas las personas que han asistido esta mañana. Agradeceré la atención y la crítica que brinden a las palabras e ideas que a continuación presento.

Se me ha pedido que ofrezca una visión global sobre las Bases para el Plan de Nación. Sin duda, el punto de partida desde el que se puede entender el momento actual, lo constituye la firma de la paz. Con un realismo poco común en la historia de El Salvador, el texto de los acuerdos reconoce como causas fundamentales de la guerra el cierre de los espacios de participación política y la circunstancia de que, por décadas, no todos los estratos de la población pudieron acceder a los beneficios del crecimiento económico.

En lo que se refiere a la participación de todos los salvadoreños y salvadoreñas en el ámbito político, se han producido avances significativos, dado que, en lo inmediato, las personas que hasta hace pocos años hacían una oposición armada, en la actualidad se han insertado en los espacios políticos de la nación y practican una oposición política.

Aún cuando No han faltado incidentes, algunos de los cuales hasta la fecha permanecen sin esclarecer, porque no debemos ignorar que bandas de delincuentes armados aún no han firmado la paz. Desde la perspectiva del gobierno de El Salvador, como una de las partes firmantes, ya se cumplieron todas las tareas indicadas en los acuerdos de paz y los representantes de las demás entidades políticas y sociales tienden a coincidir cada vez más con dicha percepción. El proceso de paz ha concluido, pero ¿cuáles son los resultados?

En la participación política se pueden reconocer avances significativos. Sin embargo, todavía persiste una de las dos causas que ambos bandos contendientes percibieron como raíz de la guerra civil: El proceso socioeconómico nacional aún mantiene la contradicción entre una economía en crecimiento y una sociedad que no incorpora a toda la población a los posibles beneficios de ese crecimiento.

En este sentido, el documento de las Bases para un Plan de Nación, y el proceso que ha generado, se presenta como un intento para relevar y darle continuidad a la dinámica abierta con los acuerdos de paz.

La tarea de delinear una visión global sobre las Bases para un Plan de Nación, es oportuna y desafiante.

Es oportuna, porque la búsqueda de un horizonte compartido, claro y seguro, se ha convertido en una aspiración que realmente parece preocupar a los diferentes sectores de la nación. Entre otros esfuerzos, tanto la empresa privada organizada en ANEP, como un amplio sector de organizaciones No gubernamentales se han manifestado con relación al futuro del país en su conjunto. El Comité Permanente para el Debate Nacional por la Paz, en diversos momentos, intentó generar la discusión respecto al destino y posibilidades del país, y por supuesto, otro tanto han hecho y procurado hacer los representantes de otros sectores sociales, como el agropecuario, las organizaciones con preocupaciones ambientalistas y feministas, o el gremio de médicos.

La tarea de estudiar y analizar las Bases para un Plan de Nación es desafiante porque se compromete con el futuro. Tanto el elogio fácil como la crítica superficial y descalificatoria están fuera de lugar. En este sentido, la tarea consiste en definir un veredicto sobre los deseos y esperanzas de muchas personas en El Salvador.

Voy a recurrir a tres momentos para generar una visión global sobre las Bases para un Plan de Nación. En el primer momento se analiza el texto del documento; En el segundo, el proceso práctico que se ha generado a partir del documento; y finalmente, se presenta la crítica de los dos momentos anteriores, es decir, la crítica del texto y la crítica del texto y del proceso práctico.


I.

Siguiento una tradición, o bien, si se prefiere, una táctica ya ensayada en la producción de documentos de concepción estratégica respecto a la orientación y procedimientos generales para definir el rumbo de la reforma educativa nacional, el gobierno de El Salvador, desde la persona del presidente de la república, convocó y organizó una comisión de ciudadanos que la prensa, en una especie de divertido y quizás irónico homenaje al pasado llamó comisión de notables.

El resultado de aquella iniciativa fue el informe de la Comisión de Educación, Ciencia y Desarrollo, presentado con el título de Transformar la educación para la paz y el desarrollo, el día 22 de junio de 1995. El texto se convirtió en una de las piezas clave en la orientación y legitimación de la reforma educativa en marcha. De alguna manera, aquel documento muestra el alcance y los límites del imaginario colectivo nacional.

Aquella comisión, y aquel documento, fueron los antecedentes inmediatos a la integración de la Comisión Nacional de Desarrollo, que presentó su respectivo documento el 16 de enero de 1988, como una propuesta a ser ampliamente discutida.

Al definir la composición de la Comisión Nacional de Desarrollo, de manera similar a la Comisión de Educación, Ciencia y Desarrollo, se buscó equilibrar la participación de personas con perspectivas de derecha e izquierda, entendiendo como perspectivas de izquierda y derecha lo que en el buen sentido común tales términos originalmente señalaron: que la derecha confía en que los sectores sociales más acaudalados están mejor preparados para ejercer el gobierno sobre el conjunto de la sociedad, en tanto que la izquierda reclama una mayor participación y satisfacción para las demandas de los sectores sociales menos afortunados. Dado que no deseo mencionar unos nombres y dejar en el olvido otros, debo manifestar que considero que la Comisión Nacional de Desarrollo efectivamente está constituída por personas que se han ganado el reconocimiento de la mayoría de ciudadanos de El Salvador. En general creo que se les juzga como personas muy capaces y favorablemente intencionadas. Creo además, que ese juicio es coherente con el resultado obtenido.

En lo que se refiere al contenido, se puede plantear que las Bases para un plan de Nación se construye como texto entre cuatro puntos cardinales, es decir, se construye en el campo que delimitan dos oposiciones:

a) Por una parte, el texto circunscribe y despliega su lógica desde la premisa de que "ni la ilusión del rebalse económico ni la rigidez del intervencionismo estatista son vías de solución..." a los problemas cruciales del país, por lo que propone encontrar un enfoque nacional colectivo que deje de lado las más frecuentes visiones ideológico-políticas sobre los problemas del país y sobre sus respectivas soluciones.

b) Por otra parte, el texto se propone como pieza central para un proceso de discusión nacional y participativa, en la cual, "se descarta el método de una discusión totalmente indefinida, que no parte de la priorización y el formal enunciado de los problemas y las soluciones que deben discutirse. También descartan el método de entregar a la nación un planteamiento sustantivo terminado y cerrado"

Entre estas cuatro esquinas del cielo y de la tierra, el texto demuestra su descendencia directa del proceso de paz cuando define que el problema crucial en el país es la marginación y la pobreza, es decir, plantea en otros términos la circunstancia nacional de que un sector proporcionalmente importante de la población se queda al margen de los beneficios del crecimiento económico, y que por ende, sobrevive en la pobreza.

Pese a que se define la marginación y pobreza como el problema central a comprender, explicar y resolver, el documento no se convierte en un pliego de reinvindicaciones a satisfacer para beneficiar a las personas salvadoreñas más desafortunadas. Se considera que en el espacio de la nación tanto los sectores que están integrados, como los que están marginados, tienen poblemas que atender y necesidades que aplacar.

No es este el momento ni el lugar para entrar en los detalles más específicos de la propuesta presentada por la Comisión Nacional de Desarrollo, pero si considero pertinente señalar que el documento también incorpora las preocupaciones que sugieren los enfoques sociales actualmente vigentes en las ciencias sociales: Es posible rastrear la presencia de los tres corpus teórico-reflexivos que caracterizan a las ciencias sociales latinoamericanas: la transición a la democracia, la búsqueda del equilibrio entre población y entorno natural, y la superación de las inequidades de género. Ciertamente que, por el recurso a un lenguaje propio, algunas de esas presencias aparecen más sugeridas y sutiles, por lo cual, a algunas personas les puede parecer que el texto no trata de manera explícita esas preocupaciones. Pero a mi parecer y entender, el problema ecológico, tanto como la problemática de género se han abordado, aunque no con el lenguaje más usual y acostumbrado. Las preocupaciones y sugerencias para organizar una convivencia política democrática si resultan más directamente percibibles.

En lo que se refiere a la concepción básica de la propuesta, permanece en el horizonte moderno trazado desde el racionalismo de la filosofía iluminista, el cual presupone que:

(1) Un amplio conjunto de personas que comparten un espacio histórico pueden llegar, mediante el uso de sus facultades racionales, a definir una voluntad general respecto a las dimensiones y carácterísticas del bienestar común a todos y sobre como proceder para alcanzarlo.

(2) Un equipo cuantitativamente menor de personas puede tener la capacidad de identificarse y gestionar la conducción de los procesos perfilados en la voluntad general.

(3) Existen los procedimientos para elegir al equipo de personas más apto y los procedimientos para realizar la voluntad general y alcanzar aceptablemente el bienestar común.

Hace falta acotar que el documento de las Bases para un Plan de Nación, organiza el análisis prospectivo del país en cinco ámbitos de acción: el político, el educativo-cultural, el socioeconómico, el de la participación ciudadana y el institucional.

En el ámbito político se propone:


(a) Reformar los criterios y prácticas actuales de representatividad en los órganos de gobierno, incorporando la consulta popular directa, circunscripciones electorales, proporcionalidad y pluralismo en los concejos municipales, y posibilitar la participación de candidatos independientes de los partidos políticos.

(b) Además, una descentralización de los poderes del estado y su reordenamiento político administrativo, incluyendo el aspecto territorial, como redefinir los municipios.

(c) Redefinir el propósito manifiesto y declarado del estado, así como sus procedimientos.



En el ámbito educativo cultural se plantea:


(a) La necesidad de incidir en el establecimiento de nuevas bases culturales, especialmente en lo que se refiere a la integración de las familias y promoción de valores.

(b) Transformar el sistema educativo, profundizando la reforma que actualmente se realiza, invertir en ciencia y tecnología, para apropiarnos como nación del instrumental contemporáneo y hacer énfasis en la formación del magisterio.


En el ámbito socioeconómico se indica:


(a) Alcanzar un nuevo acuerdo productivo entre los diferentes sectores productivos y económicos del país.

(b) Satisfacer las necesidades básicas.


(c) Preservar el medio ambiente.



En el ámbito de la participación ciudadana, el documento considera pertinente señalar:


(a) La necesidad de fortalecer la organización y participación de la ciudadanía.


(b) Fomentar la responsabilidad ciudadana.


(c) Fomentar la responsabilidad profesional.



Finalmente, en lo institucional, la Comisión Nacional de Desarrollo propone considerar:


(a) La modernización de la administración pública.


(b) El fortalecimiento de redes para el desarrollo humano.



El documento de las Bases para un Plan de Nación concluye proponiendo un proceso que supone la formación de un grupo gestor que discuta y reflexione el contenido del documento, tanto como un amplio proceso de difusión y consulta entre la población del país. Como resultado final del proceso planteado se busca alcanzar un Acuerdo Nacional en torno al Plan de Nación.


II.
Creo que aún es muy temprano para evaluar en los sentidos más específicos el proceso práctico abierto con la presentación del documento de las Bases para un Plan de Nación. Prefiero esbozar la visión global sobre la base de una breve descripción de las actividades que se han realizado.

Se puede afirmar que el proceso encaminado hacia el establecimiento del Acuerdo Nacional se está estructurando alrededor de dos ejes:

(1) La creación de espacios para la discusión y el aporte de los ciudadanos.


(2) La organización de Grupos Gestores Departamentales (los cuales parecen haber rebasado
en protagonismo la propuesta inicial de un grupo gestor nacional).

En lo que atañe a la creación de espacios de discusión y consulta, cabe destacar que el equipo a cargo de la organización y conducción del proceso de difusión y consulta, tanto como de la sistematización, ha promovido la creación de tres tipos de consulta, la ciudadana, la especializada y la intersectorial.

El proceso de realización de la consulta ciudadana se ha realizado territorialmente, con el apoyo de catorce grupos gestores. Los eventos que han tenido mayor relevancia y reconocimiento público fueron las asambleas departamentales, las cuales, gracias a las capacidades ejecutivas y de convocatoria de las personas que integran los grupos gestores lograron la participación aproximada de dosmil ciudadanos. Además de las asambleas departamentales, se han realizado mesas departamentales para discutir temas de interés específico y diversos talleres.

La consulta arrancó en Usulután. En abril ya estaba en Cabañas, en marzo en Morazán, para mayo ya habia cubierto seis departamentos y en julio ya estaba realizándose en La Libertad. Se espera que concluya en octubre de este año 1998.

El proceso de asambleas ya se realizó en todos los departamentos del país, quedando porterminar el proceso específico del departamento de San Salvador, que tiene características particulares, las cuales se espera captar a partir de talleres por municipio.

Aunque falta definir con mayor calidad los resultados, ya se puede identificar que los problemas señalados con mayor frecuencia son el desempleo, la pobreza, la inseguridad ciudadana, la falta de carreteras y comunicaciones.

Los resultados de este espacio de discusión y consulta serán: un documento de quince capítulos, con los aportes de cada departamento y el análisis nacional; catorce publicaciones de las sintesis
departamentales en los medios de comunicación; y perfiles de proyectos.

La consulta especializada ha creado un espacio de encuentro y discusión para conocer y consultar la opinión de salvadoreños especialistas, a nivel nacional e internacional, sobre objetivos nacionales y estratégicos en diecinueve áreas consideradas clave para el desarrollo. En este espacio se han reunido los esfuerzos de doscientos veinte personas, con el soporte de veinte instituciones.

Los resultados a obtener de este espacio son: un documento de diecinueve capítulos, con propuestas de objetivos y estrategias nacionales; y perfiles de proyectos.

Con la consulta intersectorial, se pretende crear un espacio para la discusión y el aporte de diez sectores claves en el país: empresarios, profesionales, universidades, cooperativas, iglesias, organizaciones No gubernamentales, partidos políticos, organizaciones laborales, entidades y representantes del área de educación y de transporte. Se espera que participen alrededor de quinientas cincuenta personas.

Se espera obtener como resultado un documneto con aprotes sobre desafíos y compromisos nacionales.

Esta descripción corresponde a los esfuerzos institucionalmente promovidos, y por lo tanto no da cuenta de la plenitud del proceso generado. No da cuenta de la receptividad que ha tenido entre los diversos sectores de la población.

Aunque sólo puedo opinar desde mi percepción personal, estimo que el amplio proceso de consulta ha colocado al plan de nación en el imaginario colectivo. Probablemente no se le otorgue un lugar especial, no creo que se le están apostando muchas esperanzas, pues este pueblo, como los otros pueblos de Centroamérica han debido desandar con demasiado dramatismo el camino de sus propios sueños e ilusiones. Pero esto quizás es algo positivo.


III.

Para la crítica me ha quedado el espacio de apuntar sólo algunas ideas generales.

Como se sabe, la palabra crítica llega hasta nosotros del latín, idioma en el cual se usaba entre otros sentidos, para el que ahora equivale a valorar, es decir, a definir el valor.

Sin duda han circulado profusamente críticas al documento. Algunas manifiestan que es marcadamente idealista, en el sentido que viene a ser una especie de carta al niño dios, y por lo tanto, un documento del cual no se esperan mayores resultados prácticos. Otras opiniones manifiestan que no se trata de la única propuesta en circulación, y que por lo tanto, debe considerarse como un insumo más entre otros insumos.

Se puede hacer referencia a otro tipo de comentarios que inscriben el documento en una u otra corriente político ideológica. Con frecuencia suele afirmarse que el documento es neoliberal o, por el contrario, que es socialdemócrata...

En otras ocasiones, también he podido conocer afirmaciones respecto a que no enfatiza la problemática de género o la problemática ambiental, o bien de que dejó en el olvido la problemática del sector salud en tanto que prioriza la de educación...

Respecto a todas esas críticas me parece que el documento y el proceso práctico que se ha generado a partir del documento alcanzan a defenderse por sí mismos, en el entendido de que se tenga disposición para estudiarlos.

No pretendo decir que el documento es perfecto, pero si quiero advertir que no se inscribe en una corriente ideológica política concreta, pues la estrategia de definición del discurso implícita en el documento se realiza desde la filosofía de la ilustración, filosofía que dió origen tanto al ala derecha de la cultura política moderna, como a su ala izquierda.

En realidad, la crítica que enfrentaría tanto al documento como al proceso, se refiere a la filosofía sobre la cual se basa y procede, puesto que sigue operando con los conceptos que llevan a que la participación de los seres humanos en su propia historia se organice esencialmente desde su facultad de razonar. Y ya hemos caído antes en esa trampa.

Se sigue apostando a la ciencia, sin criticar sus resultados.

Se sigue apostando a la democracia, sin advertir sus limitaciones.

Si algo debemos aprender de la historia de la epoca moderna es a desconfiar de nuestros actuales estilos y procedimientos de invertir la razón en la historia, puesto que los resultados no esperados arrojan una calidad y volumen de logros inferior o, al menos igual, pero nunca superior al de los desastres.

Para muestra un botón: En los temas ya más tratados de la educación, se ha diseñado y se ejecuta una reforma que le apuesta todo esencialmente a la enseñanza y aprendizaje de la ciencia, con lo cual, nuestros otros saberes, sin duda, aquellos desde los cuales realmente tendríamos el potencial de cambiar hasta estar más satisfechos con nosotros mismos, son abandonados al olvido.

Nadie tuvo la oportunidad de plantear que se debe aplicar el principio de separar la ciencia de la enseñanza del estado, como en el pasado se separó la religión de esa misma enseñanza. A raíz de este tipo de limitaciones hemos emprendido el camino del cambio sin una filosofía que realmente nos lleve al cambio, de manera que tan solo alcanzamos a proponernos más de lo mismo.

Sin embargo, para cerrar con optimismo debo acotar que paulatinamente se irán ampliando las oportunidades y los espacios que no sólo nos permitan concebir mejores planes, sino, que también nos permitan concebir nuevas modalidades y instrumentos para ser sobre el mundo.

jueves, 1 de octubre de 2009

ESTUDIO SOBRE PROCEDIMIENTOS PARA EL ANÁLISIS DE CLASES EN MARX, LENIN Y GRAMSCI

Por Jorge Ramos Pérez y Rafael Paz Narváez.
Managua, 1990.
UBICACIÓN DE LOS AUTORES RESPECTO AL TIEMPO

Existen importantes diferencias en la ubicación temporal desde la cual parte cada autor con respecto a la ocurrencia de los de los acontecimientos analizados. Marx realiza su análisis interesado en explicar la concatenacón entre una serie de hechos ya ocurridos. Desde el presente explica el pasado para retornar y reexplicar el presente. Por el contrario, Lenin parte del presente para intentar establecer los probables cursos futuros de los acontecimientos y luego, reexaminar el presente. Aunque ambos autores comparten como punto de partida la ubicación en un presente, y el retornar al mismo, la pregunta implícita de Lenin ¿que puede ocurrir? está más urgida por la práctica política que la respuesta de Marx: Esto ocurrió. Sin embargo debe tomarse en cuenta que el sentido de los análisis está fuertemente influído por el carácter de los hechos. Marx analiza acontecimientos que coronan todo un reflujo contrarrevolucionario, en cambio Lenin analiza acontecimientos que evidencian un ascenso de los ánimos revolucionarios.

La circunstancia de examinar sucesos ya acaecidos permite a Marx establecer períodos claramente definidos, inclusive con día y mes. De hecho, en su obra El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, establece tres períodos, y al interior de esos períodos delimita subperíodos (final capítulo VI), en correspondencia con cambios en la situación del proceso político de Francia. Se parte de una pseudo-confraternización entre todas las clases, pasando por la constitución de una república, hasta llegar en el último período a la forma política de una república constitucional, cuya clausura,mediante una supuesta reatauración imperial, a su vez clausura el período. Los períodos II y III se dividen en tres subperíodos, de éstos, el tercero del tercer período (es decir, III,3) se subdivide en cuatro momentos (a, b, c, d). La distinción de fases en el proceso de constitución de la república como forma política sirve de criterio pera definir los períodos. Los subperíodos dan cuenta de la evolución de la lucha de clases, marcando el ascenso, la dictadura y la derrota de cada clase o su respectiva fracción política.

Unicamente en el segundo sub-período del tercer período (es decir III, 2) se habla de representantes políticos (partido del orden; para el caso) para referir la dictadura de una clase social (la gran burguesía). En este caso, no utiliza el término dictadura si no el de dominación. Finalmente los distintos momentos (a, b, c, d, del III, 3) refieren claramente cambios en las relaciones dadas entre representantes políticos.

Así, es posible percibir la relación entre período y formación de la organización política de la sociedad; sub-período y lucha de clases, y; momento y lucha política, es decir lucha entre los agentes políticos que representan y gestionan los intereses de las distintas clases sociales.

En cambio, Lenin, que pretende determinar el rumbo general de los acontecimientos políticos desde el presente hasta el futuro, no puede operacionalizar el tiempo político de una manera detallada. No obstante, instrumentaliza recursos de análisis muy similares a los empleados por Marx. Lenin se apoya fundamentalmente en el análisis de lo lógico y lo histórico en una situación concreta, sirviéndole de criterio para diferenciar los elementos de pasado y de porvenir presentes (véase el capítulo X de su obra).1

El punto central del análisis parte de la sucesión lógica en la dominación de las clases sociales. Así, una fase burguesa antecede, lógicamente, a una fase socialista. La revolución socialista ha de suceder a la revolución burguesa. Reconsiderando este ounto de análisis desde la situación histórico-concreta, Lenin postula que, dadas las circunstancias, la burguesía rusa no necesita realizar la revolución política burguesa, si no, más bien, pactar con la autocracia zarista. En estas condiciones, la revolución que antecede a la revolución socialista puede realizarse únicamente si las clases populares (proletarios y campesinos) ejecutan por si mismas tal revolución.2

De acuerdo al análisis lógico, la clase burguesa debe dirigir la realización de la revolución burguesa y el proletariado la realización de la revolución socialista. Por el contrario, según el análisis de lo lógico y lo histórico, es el proletariado, en alianza con el campesinado, quienes deben dirigir la revolución burguesa, la cual, por lo tanto, pasa a definirse, para mayor precisión, como revolución democrática. Posteriormente el proletariado, en alianza con los semi-proletarios del campo, debe dirigir la realización de la revolución socialista. De esta manera, Lenin operacionaliza el tiempo para definir lógica e históricamente las grandes fases de desarrollo que deben guiar la intervención de los representantes políticos del proletariado en el curso de los acontecimientos, es decir, el diseño de la táctica presente.

Una de las conclusiones que pueden derivarse al examinar el modo en que Marx y Lenin operacionalizan el tiempo destaca la diferenciación entre un patrón o medida de tiempo construído sobre la base de observar acontecimientos específicamente naturales (como la rotación de la Tierra alrededor del Sol, el año; o la rotación sobre su propio eje, el día) y la construcción de otro patrón o medida del tiempo a partir de observar acontecimientos específicamente sociales, tales como el ascenso, dominación y derrota de una clase social o una fracción de clase. Así al constrastar ambos procedimientos de observación y medida de acontecimientos naturales y sociales, los últimos podrán aparecer condensados en varios días o diluídos en varios años.3 Por otra parte, pasado y porvenir suele definirse también a la dominación de clase, de tal manera que cuando se habla de "volver al pasado", se comprende que se habla de la posibilidad real de una restauración de un dominio de clase anterior.


ALGUNAS CATEGORÍAS UTILIZADAS POR MARX Y POR LENIN PARA CONSTRUIR SUS RESPECTIVOS ANÁLISIS

Examinar exhaustivamente todas o por lo menos, la mayoría de las categorías utilizadas por los autores en sus textos es una tarea más allá de los recursos y propósitos que motivan el presente texto. Algunas recapitulaciones de la obra de Marx y de Lenin, como las realizadas por Konstantinov o por M. Harnecker, se basan en la selección de algunas categorías, las cuales se presentan como las categorías fundamentales del marxismo. Con ello, no sólo sientan bases para propagandizar el marxismo de manera reducida, sino que, además, quedan ocultos los criterios utilizados en la selección misma, y por lo tanto su punto de partida ideológico.

En el presente trabajo, seleccionamos las categorías comprendidas por las clases sociales y representantes políticos de las clases sociales porque, a partir de su examen se aborda, casi obligatoriamente, la relación entre coyuntura y estructura, y por lo tanto, ofrecen la oportunidad de integrar el análisis estructural y el coyuntural. Otras categorías como estado, sociedad civil y hegemonía, fueron escogidas con el propósito de establecer la línea de desarrollo que, partiendo de Marx, pasa por Lenin, hasta llegar a Gramsci.

En el trabajo de Marx pueden identificarse cuatro momentos analíticos, mediante los cuales se articulan las categorías clases sociales y representantes políticos. El primer momento se refiere a la concepción misma de las clases sociales y de las fracciones de clases, partiendo de las similares condiciones de vida y producción en que se encuentran grandes masas de personas4. En este momento se vinculan las condiciones de vida de las clases y fracciones de clase con los intereses materiales que se asocian y derivan de tales condiciones.

El segundo momento analítico puede comprenderse a partir de la categoría que abarca una fracción de clase ideológicamente cohesionada, esto es, por una comunidad de ideas políticas.

Inclusive se comprende en esta categoría algunos intelectuales aunque ellos no compartan siempre una posición similar en el proceso de producción (estamos al nivel de lo que Gramsci considera el nivel de los intelectuales medios).


Uno de los aspectos más importantes de esta categoría es incluir el hecho de que un conjunto relativamente pequeño de personas, la fracción de clase ideológicamente cohesionada puede ejercer una influencia decisiva sobre un amplio conjunto de la población.5

Un tercer momento analítico aparece cuando Marx trata sobre los representantes políticos de las clases sociales. En este punto, la mentalidad de las personas que representan una clase social o una fracción de clase, aborda los problemas políticos, y sus respectivas soluciones de tal forma que satisfacen las emociones, los intereses y las necesidades de las clases o fracciones en una situación dada. Marx deja claro que la representación de una clase social puede ser asumida por un colectivo o por personas.6

Finalmente, el cuarto momento recoge las distintas formas políticas jurídicas mediante las cuales las clases sociales y sus representantes políticos, en lucha y en alianza con otras clases sociales y fracciones, organizan el gobierno sobre el conjunto de la sociedad. A este momento subyace la lógica de atribuir a cada clase social una correspondiente forma política para dominar la sociedad. Así la república debe ser la forma política por excelencia de toda la burguesía, grande y pequeña. No obstante, esta lógica se modifica substancialmente cuando se realiza el análisis concreto, de tal manera que surgen categorías como monarquía constitucional, república parlamentaria, república democrática, o república social, para explicar las concesiones a que se ve obligada una clase social para alcanzar el gobierno sobre las demás7 Marx se apoya en estos cuatro momentos analíticos, con lo cual logra explicar la acción simultánea de clases, fracciones y representantes, a pesar de los diversos grados de voluntariedad o involuntariedad con que actúan. Un resumen esquemático de las clases, fracciones, representantes y formas de organización política de la sociedad francesa analizada en El 18 Brumario se presenta al finalizar esta parte del trabajo.

También es posible encontrar en Lenin estos cuatro momentos analíticos, aunque, por supuesto se modifican las circunstancias históricas, los nombres de los partidos, la composición de las clases sociales, las formas político-jurídicas a las que se aspira, etc. La similitud del análisis de Lenin respecto al de Marx aparece con claridad al comparar el resumen esquemático elaborado siguiendo las mismas pautas que el cuadro para la El 18 brumario... Sin embargo, existen importantes diferencias en el análisis de Lenin. Por ejemplo, Lenin se apoya con insistencia y flexibilidad en la noción fuerzas sociales (véase cuadro N° 3). Por una parte, visto el cuadro N° 3 rápidamente, podrá advertirse que contrapone directamente, en lo fundamental, las fuerzas efectivas (debería advertirse, inclusive, militares) y las fuerzas dirigentes del estado a las clases fundamentales de la sociedad rusa de la época.

En general, puede afirmarse que Marx también describe ese tipo de situaciones, pero utilizando las categorías de estado y sociedad civil.8 Pero lo que interesa señalar aquí es, la semejanza metodológica entre los análisis de Marx y de Lenin, aún cuando no se apoyan exactamente en las mismas categorías.

*Lenin advierte que estas fuerzas sociales no apoyarán consecuentemente el campo en el que aparecen mencionadas, y que, llegado cierto momento, inclusive pueden llegar a cambiar de bando. Fuente pág 113. Dos tácticas de la socialdemocracia...




Algo similar ocurre con la noción de hegemonía, utilizada por Lenin9 para designar la capacidad que una clase social y sus representantes políticos desarrollan en la conducción y aprovechamiento del movimiento revolucionario, para eregirse en clase dirigente de toda la sociedad. Ya en Lenin aparece la hegemonía como una categoría que vincula, por una parte, la capacidad de conducción de una clase social y sus representantes políticos, y de otra, la capacidad de gestar alianzas con otras clases sociales, aunque, inicialmente se restringe, sobre todo, a las coyunturas revolucionarias. En Marx pueden encontrarse pasajes que por su concepción, están muy próximos a la noción de hegemonía. Por ejemplo, cuando hace ver que en la jornada de febrero de 1848 el proletariado parisino imprime su sello a la insurrección antimonárquica, pero sin alcanzar la realización plena de sus posibilidades.10

Años después, un lector atento de Marx y de Lenin, Antonio Gramsci, escogió, entre otras, precisamente estas categorías, fuerzas sociales, hegemonía, sociedad civil, las cuales, integradas en un nuevo conjunto, ofrecen posibilidades comprensivo-explicativas novedosas. Evidentemente fue Marx el primero en el análisis de una situación política y social dada como un análisis de las luchas y las alianzas entre las clases, fracciones y sus representantes políticos. En Lenin se encuentra una preocupación mayor por definir los modos y las circunstancias concretas en que una clase social puede ganar la conducción sobre las demás clases sociales que participan en un movimiento revolucionario, para, de esta manera, alcanzar la conducción y el dominio sobre toda la sociedad.

En Gramsci se encuentra de manera sistematizada, por una parte, la teoría de las alianzas de clase múltiples, cuando señala la posibilidad y necesidad de que las clases se hagan concesiones y articulen sus intereses en un conjunto mayor, el bloque de clases. Pero el bloque histórico de Gramsci no se reduce a un "sistema" de alianzas de clase, dado que, paralelamente, desarrolla la concepción de hegemonía, como proceso que posibilita la cohesión al interior de tal bloque mediante la conducción intelectual y moral de los representantes de una clase o fracción en particular. Por otra parte, la posibilidad de ejercer la hegemonía también requiere la promoción y establecimiento de un consenso entre las clases sociales, consenso que suele estar invariablemente asociado al ejercicio de la coerción, tanto al interior de las clases y fracciones integradas en el bloque histórico, como afuera de tal bloque, hacia las clases y fracciones disidentes.

Así, la hegemonía es conducción intelectual y moral, consenso establecido y, llegado el caso, coerción revestida de consenso, ejercida desde la clase o fracción dirigente y usualmente a favor de sus intereses materiales e ideológicos.

Gramsci tambien retoma la categoría fuerzas sociales, utilizada previamente por Lenin para operacionalizar simultáneamente los diferentes momentos analíticos planteados por Marx. Las clases sociales, como grandes masas de personas hacen la historia, pero de una forma en gran parte involuntaria, es decir, motivados por los intereses materiales asociados y derivados de su posición en la organización productiva y económica de la sociedad. Los representantes políticos también hacen la historia, a partir de sus acciones prácticas, las cuales son, por lo general, mentalmente previstas y voluntarias. No obstante, y en ello radica la coherencia teórica de este método, que si bien agrupa clases sociales, fracciones y representantes políticos (colectivos o individuales) bajo la categoría fuerzas sociales, exige analizar con atención la diferencia entre uno y otro tipo de fuerzas sociales, así como la relación entre ellas.11



1  "Naturalmente, en una situación histórico concreta se entrelazan los elementos del pasado y del porvenir, se confunden uno y otro camino (...) pero esto no nos impide en lo más mínimo distinguir lógica e históricamente las grandes fases de desarrollo". Lenin, Vladimir Illich. Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática. p. 102.
2  Marx hace una afirmación similar cuando explica las condiciones históricas de la insurrección del proletariado parisino en junio de 1948: "...en países de vieja civilización ... la república no significa en general más que la forma política de la subversión de la sociedad burguesa y no su forma conservadora de vida" (subrayado en el original). Marx, Karl. El dieciocho brumario de Luis Bonaparte. p. 102.
3  En relación con esto, sólo que enfocado desde la percepción subjetiva de los actores políticos, Lenin observa que "la revolución enseña, indudablemente, con tal rapidez y profundidad, que parecen increíbles en los períodos pacíficos de desarrollo político. Y lo que es particularmente importante, enseña a los dirigentes, no sólo a las masas". en Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, pág 45.
4  Además de la famosa descripción del campesinado francés de mediados del siglo XIX realizada por Marx en el último capítulo de El dieciocho brumario..., se puede consultar, en el mismo libro, la cuestión de las fracciones en el partido del orden, orleanistas y legitimistas. Marx explica "lo que separaba a estas fracciones no era eso que llaman principios, eran sus condiciones materiales de vida, dos especies distintas de propiedad; era el viejo antagonismo entre la ciudad y el campo, la rivalidad entre el capital y la propiedad del suelo". Poco más adelante añade "que cada uno de los dos grandes intereses en que se divide la burguesía -la Propiedad del suelo y el Capital- aspiraba a restaurar su propia supremacía y la subordinación del otro. Hablamos de dos intereses de la burguesía, pues la gran propiedad del suelo, pese a su coquetería feudal, y a su orgullo de casta, estaba completamente aburguesada por el desarrollo de la sociedad moderna". Pág 117.
5  Dado que Marx sólo utiliza esta categoría de forma implícita, conviene presentar un pasaje en el cual se aproxima a explicitarla. Refiriéndose a la Fracción burguesa republicana, escribe que "no se trata de una fracción de la burguesía mantenida en cohesión por grandes intereses comunes y delindadas por condiciones peculiares de producción, sino de una pandilla de burgueses, escritores, abogados, oficiales y funcionarios de ideas republicanas, cuya influencia descansaba en las antipatías personales del país contra Luis Felipe, en los recuerdos de la antigua república, en la fe republicana de un cierto número de soñadores, y sobre todo en el nacionalismo francés" (pag. 103, a inicios del capítulo II).
6  Para ilustrar este momento se puede citar un pasaje del capítulo III. En este pasaje Marx sostiene que la montaña representa políticamente a la pequeña burguesía, sin embargo, previene contra la creencia de "que los representantes democráticos [es decir, de la Montaña] son todos shopkepers [tenderos] o gentes que se entusiasman con ellos. Pueden estar a un mundo de distancia de ellos, por su cultura y su situación individual. Lo que los hace representantes de la pequeña burguesía es que no van más allá en cuanto a mentalidad de donde van los pequeños burgueses en modo de vida; que, por tanto, se ven teóricamente impulsados a los mismos problemas y a las mismas soluciones a que impulsan aquellos, prácticamente, el interés material y la situación social" (pág 119). Por otra parte, algunas personas también pueden representar una clase social, así, "Bonaparte representa a una clase, que es, además, la clase más numerosa de la sociedad francesa: los campesinos parcelarios" pág 171).
7  Al respecto, puede considerarse ilustrativo el siguiente pasaje: "La época que va desde el 20 de diciembre de 1848 hasta la disolución de la constituyente en mayo de 1849, abarca la historia del ocaso de los republicanos burgueses. Después de haber creado una república para la burguesía, de haber expulsado del campo de lucha al proletariado revolucionario y de reducir provisionalmente al silencio a la pequeña burguesía emocrática, se ven ellos mismos puestos al margen por la masa de la burguesía, que con justo derecho embarga esta república como cosa de su propiedad. Pero esta masa burguesa era realista. Una parte de ella, los grandes propietarios de tierras, había dominado durante la Restauración y era, por tanto, Legitimista. La otra parte, los aristócratas, financieros y los grandes industriales, había dominado bajo la monarquía de julio y era por consiguiente, Orleanista. Los altos dignatarios del ejército, de la universidad del foro, de la academia y de la prensa se repartían entre ambos campos, aunque en distinta proporción. Aquí, en la república burguesa, que no obstentaba el nombre de Borbón ni el nombre de Orleans, si no el nombre de Capital, habían encontrado la forma de gobierno bajo la cual podían dominar conjuntamente". (pág.110).
8  Atiéndase a las similitudes expresadas por Lenin en la contraposición de las fuerzas sociales en Rusia con el siguiente pasaje del 18 brumario: "En un país como Francia, donde el poder ejecutivo dispone de un ejército de funcionarios de más de medio millón de individuos y tiene por tanto constantemente bajo su dependencia más incondicional a una masa inmensa de intereses y existencias, donde el Estado tiene atada, fiscalizada, regulada, vigilada y tutelada a la sociedad civil..." (pág. 127).
9  En Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática casi no utiliza el término hegemonía. La siguiente parece ser la única ocasión en la que aparece: "Si nos dejamos guiar por la consideración de que nuestra participación puede obligar a la burguesía a dar la espalda a la revolución, cedemos, a consecuencia de ello, totalmente la hegemonía en la revolución a las clases burguesas. Entregamos así enteramenta el proletariado a la tutela de la burguesía". Lenin, Dos tácticas... pág 110 (quinto párrafo del capítulo 12).
10  "Mientras el proletariado de París se deleitaba todavía en la visión de la gran perspectiva que se había abierto ante él y se entregaba con toda seriedad a discusiones sobre los problemas sociales, las fuerzas de la vieja sociedad se habían agrupado, reunido, vuelto en sí y encontrado un apoyo inesperado en los campesinos y los pequeños burgueses, que se precipitaron todos de golpe a la escena política, después de caer las barreras de la monarquía de julio" (pág. 100).
11  En uno de sus textos más conocidos, Gramsci advierte contra ""el error en que a menudo se cae en los análisis histórico políticos consiste en no saber encontrar la justa relación entre lo que es orgánico y lo que es ocasional: así se llega bien a presentar como inmediatamente actuantes causas que en cambio lo son mediatamente, bien a afirmar que las causas inmediatas son las únicas causas eficientes; En un caso se tiene el exceso de "economismo" o de doctrinarismo pedante; en el otro, el exceso de "ideologicismo"; En un caso se sobrevaloran las cusas mecánicas; en el otro, se exalta el elemento voluntarista e individual"". Además conviene tomar en cuenta que "los fenómenos de coyuntura son ciertamente dependientes, a su ez, de movimientos orgánicos, pero su significado no tiene gran alcance histórico; Dan lugar a una crítica política menuda, de las de la actualidad del día, que se refiere a pequeños grupos dirigentes y a las personalidades responsables inmediatamente del poder. Los fenómenos orgánicos dan lugar a la crítica histórica social, que alcanza a grandes agrupamientos, más allá de las personas inmediatas y del personal dirigente". Análisis de situaciones. Correlaciones de fuerzas...




"El trabajo de Marx El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte fue escrito sobre la base de un análisis concreto de los acontecimientos revolucionarios de Francia en los años de 1848 a 1851. Es una de las principales obras del marxismo. En este libro se siguen desarrollando todas las tesis fundamentales del materialismo histórico: la teoría de la lucha de clases y la revolución proletaria, la doctrina del Estado y la dictadura del proletariado. Tiene excepcional importancia la conclusión que saca Marx en el problema de la actitud del proletariado respecto del Estado burgués. «todas las revoluciones perfeccionaban esta máquina -señala Marx- en vez de destrozarla» (pág 170). Lenin calificó esta conclusión de una de las principales y básicas de la doctrina marxista acerca del Estado. En El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte se estudia más ampliamente el problema del campesinado como aliado de la clase obrera en la futura revolución, se pone en claro el papel de los partidos políticos en la vida social y se ofrece una caracterización profunda de la esencia del bonapartismo" (Ob. Esc. un tomo, Progreso. Moscú).

"" "Lenin escribió el libro Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática en junio y julio de 1905, después de terminar sus labores en el III Congreso del POSDR y la conferencia de los mencheviques celebrada al mismo tiempo en Ginebra. Sobre este libro Lenin decía lo siguiente: ""En el se exponen ya de modo sistemático las discrepancias tácticas fundamentales con los mencheviques; Las resoluciones del "III Congreso del POSDR" (bolchevique) de la primavera en Londres y de la Conferencia menchevique de Ginebra dieron forma definitiva a estas discrepancias y llevaron a una divergencia cardinal en la apreciación de toda nuestra revolución burguesa desde el punto de vista de las tareas de las tareas del proletariado"". La publicación del libro Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática fue un gran acontecimiento en la vida del partido" "" (Ob. Esc. un tomo, Progreso. Moscú).