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martes, 20 de noviembre de 2007

PROPUESTA DE TRABAJO PARA LA ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES “LIC. GERARDO IRAHETA ROSALES” (Período 2008-2009)

Presentada por Msc. Rafael Paz Narváez

INTRODUCCIÓN

Esta propuesta ha sido elaborada con el apoyo y contribución de varias personas del equipo de profesores de las carreras de la Escuela de Ciencias Sociales y es objeto de consulta y consideración para todas y todos los profesores y estudiantes, de cara a la selección de quién se desempeñará en la dirección de la Escuela para el bienio 2008-2009. Los ejes de trabajo propuestos son coherentes con el Plan de Trabajo presentado por el Decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades Lic. Raymundo Calderón, quién contó con el amplio apoyo de los estudiantes y profesores de la Facultad y la Asamblea General Universitaria en el reciente proceso electoral.

La Escuela de Ciencias Sociales “Lic. Gerardo Iraheta Rosales”, de la Facultad de Ciencias y Humanidades en la Universidad de El Salvador, administra cinco carreras universitarias: Profesorado en Ciencias Sociales, Licenciatura en Sociología, Licenciatura en Trabajo Social, Licenciatura en Historia y Licenciatura en Antropología Sociocultural. Además, mantiene una relación de apoyo y coordinación con la Maestría en Métodos y Técnicas de Investigación Social.

La comunidad de la Escuela de Ciencias Sociales está conformada por personas docentes, estudiantes y trabajadores administrativos. Hacia esos tres sectores se dirige esta propuesta. Por definición y tradición histórica, el trabajo en la Universidad de El Salvador, se organiza en los ámbitos de Docencia, Investigación y Proyección Social. Esta propuesta también se organiza sobre dichos ámbitos.

Los ejes de trabajo tienen una proyección a corto y mediano plazo, con el propósito de hacer frente a las necesidades inmediatas, pero con el interés de sentar bases para la fortaleza académica de la Escuela de Ciencias Sociales hacia el largo plazo. Los ejes de trabajo se constituyen en un compromiso concreto a asumir desde la dirección de la Escuela, comprendiendo que el mejoramiento, aplicación y desempeño de esta propuesta será un logro del aporte e involucramiento del cuerpo administrativo, la comunidad docente y el sector estudiantil.

Como principios que guían el trabajo se aplicarán:

  1. La planificación con prioridad al corto y mediano plazo, pero esforzándose por consensar la visión y programas hacia el horizonte de largo plazo,

  2. La consulta democrática y participativa, con la procuración del más amplio consenso,

  3. La idoneidad en la atribución de responsabilidades,

  4. El trabajo de equipo,

  5. La cooperación transdiciplinaria, y

  6. La adecuación respecto al marco legal institucional.

Esta propuesta de trabajo también es sensible al momento histórico contemporáneo, marcado como umbral de cambios de gran relevancia para Centroamérica y El Salvador: El declive estratégico de la economía norteamericana, de enorme ascendencia sobre los procesos regionales; el cambio climático global, que con bastante probababilidad incidirá en la geografía física y humana del itsmo; el saldo en estructuras sociales de una década en la cual la violencia y la impunidad como cultura han arraigado prácticas sociales; la desarticulación de los tejidos productivos y comerciales y la dependencia progresivamente precaria de la migración hacia Estados Unidos. Esos, entre otros rasgos, permiten anticipar un giro histórico que requerirá de las ciencias sociales y humanas una labor creativa y autónoma, además de una capacidad de propuesta y conducción. En la medida de nuestras circunstancias, debemos prepararnos.


Objetivos

Objetivo general:

Incidir en el mejoramiento de la calidad del trabajo universitario de la Escuela de Ciencias Sociales “Lic. Gerardo Iraheta Rosales” en los ámbitos de la docencia y formación profesional, la proyección social y la investigación social.

Objetivos específicos:

  1. Promover la calidad de los procesos de docencia y formación profesional mediante la especialización, actualización e intercambio académico, recurriendo a la solidaridad y cooperación con la comunidad académica nacional e internacional.

  1. Orientar la proyección y el servicio social de la Escuela hacia actividades de impacto estratégico en problemáticas del país, contribuyendo proactivamente en la articulación de soluciones, en coordinación con entidades nacionales e internacionales, de acuerdo a los intereses y motivaciones del personal académico y la comunidad estudiantil.

  1. Facilitar la creación de programas de investigación social como ámbitos de actividad productora de los conocimientos que se requieren para abordar las problemáticas sociales de la región centroamericana y de El Salvador en particular, recurriendo al intercambio académico con otras instancias de la Universidad de El Salvador, así como universidades e instituciones de investigación en Centroamérica y la cooperación con la comunidad académica internacional.


Propuesta de Trabajo:

1.- En el ámbito de la Docencia y la formación académica se propone:

En el corto plazo

a) Revisión de la situación escalafonaria y propuesta de reclasificación de todo el personal de acuerdo a las normas institucionales, especialmente de las profesoras y profesores que se encuentran en la categoría I y II, que ya han cubierto los requisitos para avanzar en el escalafón.

b) El diseño de un conjunto común de acciones académicas para los primeros años de las licenciaturas, que sea coherente con los planes curriculares de éstas y con los propósitos formativos que los diferentes cuerpos docentes proyecten, para elevar la eficiencia en los recursos humanos con que cuenta la Escuela y para integrar el diálogo entre las ciencias sociales.

c) Resolución al déficit de recurso docente en las licenciaturas en Antropología, Historia y Trabajo Social, partiendo de las proyecciones planificadas por las coordinaciones de carrera, en consulta con los respectivos cuerpos docentes. Con especial interés se procurará la contratación de más personal como profesores.

d) Fortalecimiento de las coordinaciones de carrera y trabajo de conjunto con el equipo o colectivo de coordinación. Las atribuciones de las coordinaciones están consideradas en el reglamento de la Facultad de Ciencias y Humanidades, que aún no ha sido aprobado por la Asamblea General Universitaria. Se requiere revisar esas atribuciones y trabajar de manera coordinada con el decanato para lograr la pronta aprobación del reglamento, lo cual institucionalizaría las coordinaciones.


En el mediano plazo

a) Procuración de mayor cooperación académica, para establecerla como un recurso permanente y rotativo de profesores y profesoras visitantes, favoreciendo el intercambio académico con universidades de Centroamérica, Latinoamérica y el mundo, especialmente con los países de tradición hispanohablante. Se buscará institucionalizar esas formas de cooperación. En el caso de la licenciatura en Antropología se abrirán canales institucionales para la cooperación con la Universidad Nacional Autónoma de México. En el caso de la licenciatura en Historia e buscará la cooperación institucional con el Instituto Investigaciones Históricas de la Universidad de Costa Rica, El Instituto de Historia de Centroamérica (IHCA) de la Universidad Centroamericana de Nicaragua. En el caso de sociología, con la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales (AVANCSO) de Guatemala. Con respecto a la licenciatura en Trabajo Social resulta importante buscar un acercamiento con las escuelas de trabajo social de Brasil, por la tradición y los grandes aportes de la escuela brasileña. Junto a los coordinadores de carrera, el director debe asumir un compromiso de formular y aplicar una amplia y dinámica gestión hacia la cooperación académica internacional.

b) Fomento de una permanente actualización y especialización docente, considerando los intereses y motivaciones de las personas interesadas. En primera instancia, trabajar movilizando recursos locales, para pasar luego a la movilización de cooperación externa.

c) Consolidación de las carreras proponiendo acciones académicas que integren aquellas que son semejantes entre las licenciaturas que sirve la Escuela, y aún, en lo posible y recomendable, con otros departamentos y escuelas de la facultad, para evitar la duplicidad de esfuerzos en cursos especializados, prefiriendo otorgar la cátedra a las personas con experiencia docente y formación en la temática a tratar. De esta manera se busca optimizar los recursos físicos y humanos.

d) Con respecto al plan de estudios del Profesorado en Ciencias Sociales, se propone un congreso de estudiantes y docentes para analizar el plan de estudios de la carrera en el contexto de la situación educativa en el país, procurando asumir una presencia proactiva ante las políticas educativas del Ministerio de Educación.

e) Fortalecimiento de los recursos y apertura de la participación en los procesos de asesoría y realización de las investigaciones para las tesis de grado.

f) La Escuela procurará la creación de condiciones para establecer un doctorado en ciencias sociales, el cual se menciona aquí en lo que a docencia se refiere, pero que también supone desarrollar el planteamiento de un programa de investigación.

g) Acompañamiento y apoyo a los esfuerzos para formar la carrera de geografía y la unidad o sección de estudios de género.

h) Mejoramiento de los equipos y recursos de apoyo a la docencia para cada carrera de la Escuela, procurando el fortalecimiento del Centro de Documentación en cantidad de ejemplares, promoviendo la actualización en títulos y temas para todas las carreras y la actualización en medios de consulta.


2.- En el ámbito de la proyección social se propone:


En el corto plazo:

a) Apoyo institucional a la realización del próximo Congreso Centroamericano de Sociología, ya que en el pasado congreso que se llevó a cabo en Antigua Guatemala se designó a El Salvador para que organizara el siguiente congreso.

b) Estimación del volumen total de horas de servicio social que estarán disponibles en los próximos años, para motivar la formulación de un programa que integre el esfuerzo de conjunto de la Escuela, dejando un margen para enfrentar necesidades emergentes.

c) Promoción de convenios con las entidades gubernamentales y civiles que comparten proyecciones en acciones sociales convergentes con el programa de trabajo de la Escuela.

d) Promoción y gestión de cooperación internacional con las acciones del programa de trabajo de servicio y proyección social de la Escuela

e) Fomento de las jornadas académicas de la Escuela de Ciencias Sociales, las que se pueden incluir en las proyectadas jornadas académicas de la Facultad. Estas jornadas se podrían realizar durante una semana del ciclo II, eligiendo participativamente los temas. Se contará con la invitación a ponentes especializados. Se combinarán ponentes de la Escuela, de la universidad y de fuera de la universidad, ya sea nacionales o extranjeros.

f) Apoyo a los próximos encuentros nacionales de historia, en tanto la Licenciatura en Historia ha institucionalizado dichos eventos académicos.

g) Respaldo institucional a la celebración e institucionalización de los encuentros nacionales de sociología, antropología y trabajo social.

h) Fomento de la organización e implementación de cursos superiores en temáticas especializadas como mecanismo de proyección social y contribución a la sostenibilidad financiera de la facultad.


En el mediano plazo

a) Apoyo al compromiso de realizar el Congreso Centroamericano de Historia en el momento que corresponda a El Salvador la realización.

b) Formulación y ejecución del proyecto de una revista electrónica de la Escuela de Ciencias Sociales, apoyada en la página web de la Universidad de El Salvador. Coordinar ese esfuerzo con el Instituto de Estudios Históricos, Antropológicos y Arqueológicos de la Universidad de El Salvador.

b) Apoyo a la realización del servicio social de estudiantes de la Escuela como ejercicio de la investigación social.


3.- En el ámbito de la investigación:

En el mediano plazo

a) Fomento del planteamiento y desarrollo de programas de investigación desde el interés y participación de las personas que forman la comunidad académica de la Escuela de Ciencias Sociales, aprovechando los espacios de Seminarios de investigación e investigación de tesis como mecanismos centrales para fomentar la labor de investigación de docentes y estudiantes.

b) Fomento del planteamiento y desarrollo de programas de investigación con aquellas personas que, desde la labor docente, tienen un interés especial por la investigación social, procurando que, en alianza con los institutos de investigación de la universidad, logren obtener becas de financiamiento para su investigación.

c) Apoyo a los esfuerzos de conformación y desarrollo de una Red Interfacultades para la Investigación Social, destinada a enlazar las capacidades de la UES en lo que se refiere a investigación social, priorizando el enlace entre las facultades presentes en los cuatro campus de la universidad.

d) Apoyo a la propuesta de la inclusión en el reglamento de la Facultad de la figura de docente-investigador(a), para institucionalizar la investigación y reglamentar los tiempos que la de investigación requiere.

e) Impulsar el seminario permanente de investigadores(as) de la Escuela de Ciencias Sociales, en coordinación con el Instituto de Estudios Históricos, Antropológicos y Arqueológicos de la Universidad de El Salvador.

f) Apoyar a los equipos de investigación que los docentes han creado, como el Proyecto Taller sobre los movimientos sociales, aprobado por la Junta Directiva de la Facultad. Asimismo potenciar otros equipos o colectivos de investigación.

d) Apoyar los esfuerzos orientados a establecer un espacio y vehículo de divulgación de las investigaciones producidas desde la Escuela.


4.- En el trabajo de los Postgrados

En el mediano plazo

a) Creación de condiciones para establecer un doctorado en ciencias sociales, lo que también supone desarrollar el planteamiento de un programa de investigación hacia el mediano y largo plazo.

b) Realización de estudios de factibilidad para la creación de la Maestría en Historia Social de El Salvador, partiendo de la ventaja de contar en la Escuela con un colectivo docente-investigador con grados de maestrías y doctorados.

c) Apoyar a la Maestría en Métodos y Técnicas de Investigación Social en su desarrollo, procurando dotarla con las condiciones en recursos físicos que la habiliten apropiadamente.

d) Gestión de un espacio físico habilitado para prestar los servicios de postgrado asociados a la Escuela de Ciencias Sociales.


5.- Hacia el sector estudiantil

a) Apoyo al fortalecimiento de la organización estudiantil, incluyendo la legalización de las asociaciones de las diferentes carreras de la Escuela y de la Escuela en su conjunto.

b) Establecimiento de un diálogo permanente con las asociaciones estudiantiles, para buscar soluciones a los problemas que enfrentan los estudiantes y apoyar sus iniciativas.

En este orden, es preciso abordar y construir soluciones conjuntas en lo que se refiere a espacios físicos para aulas y eventos académicos nacionales e internacionales, acceso a bibliografía actualizada, acceso a recursos tecnológicos de aprendizaje, acceso y ampliación de recursos para la ejecución del trabajo de campo en las investigaciones sociales y actividades de proyección social.

c) Apoyar la participación estudiantil en los procesos de investigación y proyección social.


6.- En el ámbito del trabajo administrativo

a) Mejoramiento de la distribución física del ámbito laboral del personal administrativo.

b) Apoyo en la relación entre personal administrativo y las coordinaciones de carrera.

c) Fortalecimiento de los procesos institucionales mediante planificación, evaluación y acreditamiento.


El sentido general de esta propuesta es redinamizar el trabajo en la Escuela de Ciencias Sociales, abrir espacios de discusión y toma de decisiones en conjunto, mejorar la atención que se brinda al sector estudiantil, y sobre todo, ganar presencia universitaria en nuestro país y la región centroamericana.


Lunes 19 de noviembre 2007

martes, 13 de noviembre de 2007

La Universidad como trámite

Por Rafael Paz Narváez

Nunca antes en la historia humana, las personas ricas habían llegado a ser tan ricas como ahora. Nunca antes, en la historia humana, existieron sobre La Tierra tantas mujeres y hombres viviendo en la pobreza. En el futuro próximo, de seguir la historia como va, la riqueza de unas pocas personas crecerá, en tanto que, cada vez más, muchas más personas nacerán en la pobreza.
¿Porqué?
¿Para qué?

¿Tiene El Salvador un destino en medio de ese futuro?

¿Qué puede acontecer a cualquiera de nosotros que nacemos desde las familias comunes de este pueblo?

La Universidad de El Salvador fue fundada en 1841 como una universidad del estado laico y liberal y, precisamente, para ese mismo estado. Por eso desde el comienzo fue una institución diferente a las universidades de Guatemala y de Nicaragua que "eran reales y pontificias por haber sido fundadas por el régimen colonial".
La Universidad de El Salvador nació como parte integrante y fundamental en la construcción política y social de un estado moderno, es decir, como un componente en el proyecto de modernidad. De sus aulas egresaron los cuadros que requerían el estado y la economía del país, abocados a un proceso global de reorganización. La Universidad de El Salvador nació cuando ya era evidente el fracaso de la unión de la humanidad centroamericana bajo la conducción de un solo estado, y por eso, limitó sus horizontes a fortalecer un proyecto de nación para este territorio.
El escritor Sergio Ramírez, quien hace casi una década ya, fue vicepresidente de Nicaragua durante la revolución popular sandinista, escribió en su Balcanes y Volcanes, que en la Centroamérica de fines del siglo XIX y comienzos del XX, tener o hacerse de un título universitario era lo mismo que sacarse un premio de la lotería. Los pocos graduados que egresaban de las universidades eran fácilmente captados por los diferentes proyectos de modernización nacional de nuestra fragmentada región.
Ser llamado y reconocido como doctor, en derecho o en medicina, y ser una persona rica o enriquecida era, prácticamente, lo mismo. Sin embargo, a pesar del tiempo y de los cambios sociales transcurridos desde entonces hasta nuestros días, el mito, de cierta forma persiste.
En nuestros días, todo parece indicar que una de las estrategias de movilidad social a la que recurre, con bastante frecuencia, la inventiva popular de los salvadoreños y las salvadoreñas es ingresar a la universidad, de preferencia a las carreras de derecho o administración de empresas. La otra estrategia se orienta hacia el norte.
Por supuesto, a estas alturas y desventuras de la historia, es más que evidente la devaluación social de los grados académicos. Al contrario de lo que ocurría en un pasado no tan lejano, hace dos y tres décadas, ningún bolito consigue un peso halagando a cualquier transeúnte medianamente vestido y calzado con el título de bachiller. En la actualidad, quienes hacen su vida consuetudinaria en esa rama salvaje del existencialismo deben valerse de un licenciado, cuando no de un doctor, para hacerse de uno que otro peso.
La empresa privada y el estado como empleador también parecen estar ajenos a este juego: un bachiller con suerte apenas puede aspirar a ganar poco más o menos el salario mínimo, en tanto que un licenciado común y recién egresado, igualmente afortunado, apenas ganará, poco más o menos, el equivalente a una canasta básica. Debido a ello, las maestrías seguirán en ascenso.
Pese a este indudable desencanto, en la actualidad todavía existe una cierta confusión, y se llega a creer que las acumulaciones en dinero y prestigio de algunos pocos que llegaron a titularse, son condiciones generales para todos y todas, de manera que también se asocia cierta aureola de prestigio a toda persona titulada. En esto no aventajamos en casi nada al lejano pasado, en el que muchas personas confundían el prestigio de algunas acaudaladas personalidades y personajes de la nobleza con sus títulos: Conde, vizconde, barón, marqués.
En el sustrato mítico, se suponía que se llegaba a ser noble por destacados actos de valentía a favor del reino y la nación, y por ello se les reconocía el mérito con un título nobiliario y alguno que otro latifundio y vasallos. En la realidad, los nobles también tenían tripas y morían como cualquiera.
A pesar de todo, también contamos con otras raíces: como ámbito de modernidad, las universidades de Centroamérica, también permitieron surgir la crítica y la rebeldía desde sus campus. Farabundo Martí, estudiante de la Facultad de Derecho de esta universidad, podría ser el ejemplo más a mano, aunque, en las actuales circunstancias, no necesariamente el más esclarecedor. El hecho es que los proyectos alternativos de nación,
que pugnaron por establecerse en la historia del siglo XX, deben, al menos en parte, mucha sangre y sonrisas a los universitarios. Pero esas esperanzas ya no caminan con el mismo calzado y su credibilidad es moneda poco apetecida.
Durante muchas décadas, hasta 1965, la Universidad de El Salvador fue la única en El Salvador. En 1957, el alumnado universitario en total ascendía a 1,648 personas, en tanto que, para ese mismo año, sólo se graduaron 508 personas como bachilleres académicos. En aquellas circunstancias, prácticamente no existía el docente universitario de tiempo completo y la investigación que se realizaba en la universidad era mínima.
Pero algo ocurrió en algún momento. "Dicho estadísticamente, entre 1957 y 1962, el numero de bachilleres aumentó de 508 a 1,126. A su vez, el número total de alumnos matriculados en la Universidad de El Salvador aumentó de 1,698 en 1957 a 2,963 en 1962" (González-Pose y Samayoa), con todo, la Universidad de El Salvador apenas absorbía alrededor del 30 por ciento de las personas que egresaban de la secundaria, ya aptas para el ingreso a la vida universitaria.
La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas fue fundada en 1965, y hasta 1977 "se mantuvo como la única universidad privada en el país... [que] a fines de 1976... tenía 3,202 alumnos" (González-Pose y Samayoa), es decir el 12 por ciento de los estudiantes universitarios en el país.
Gracias a la ley de la oferta y la demanda (y a otra ley aprobada por la Asamblea Legislativa en 1965), se hizo posible que, entre 1977 y 1980 se fundaron otras cuatro universidades privadas. Poco después, "Entre 1981 y 1982 se fundaron otras diecinueve universidades privadas. Entre 1983 y 1991 surgieron otras once universidades. A fines de 1993 había 36 universidades privadas", con la peculiaridad que las universidades privadas absorbieron el mayor porcentaje de los alumnos y alumnas inscritos en la educación superior, hasta que, "en 1991 cubrían el 68 por ciento de la matrícula total del país" (González-Pose y Samayoa). Para el año 1991, la cantidad de personas que realizaban estudios universitarios alcanzó la cifra de 81,773.
¿Que esperan esas personas de la universidad? ¿Un medio de vida? ¿Un medio de enriquecimiento? ¿La facilidad de entrenarse para encontrar un trabajo más o menos pasable?
Entre tanto, las universidades en El Salvador, incluyendo nuestra Universidad de El Salvador, mantienen las prácticas académicas tradicionales, llegando a la ocasión con tal mal resultado que el procedimiento se vuelve lo esencial: Para pasar la asignatura se requiere de un cierto puntaje en la nota académica, y para graduarse se deben acumular todas las asignaturas como aprobadas. La nota académica para cada asignatura, en cada semestre académico, crea la ilusión de que el título es la sumatoria e integración del conjunto global de notas. La historia académica se reduce a un puro recuento, a una cuenta y la universidad, a un trámite más o menos fácil: una carrera contra obstáculos que se pueden vencer en virtud de la oferta y la demanda, incluyendo, además de auténtico talento y esfuerzo en el estudio, algunas dosis de sexo y dinero. Y aunque la fórmula no sea general, ¿Adonde está la oportunidad para quiénes buscan algo diferente?
Para todas las personas al final de la carrera universitaria se encuentra un título. Con ese título se puede ganar prestigio y, en ocasiones, algunas personas consideran que el prestigio es inherente al título en sí, por ello no se interesan demasiado por el cómo se llega a obtener el título. Sin embargo, al final, las bondades y maldades de este comercio no pasan de ser un asunto baladí. El verdadero problema está detrás de toda esa feria.
En la actualidad, la Universidad de El Salvador ya no es una entidad estratégica para consolidar un proyecto político social de modernidad, sea que dicho proyecto se conciba desde la arena derecha o desde la arena izquierda de la ilustración.
Ninguna prisa aflige a esta institución, abandonada a su suerte y a sus recursos.
Pero, ¿Esa circunstancia es suficiente para justificar que la universidad carezca y no trace su propio proyecto de cara a este país, a este pueblo y al mundo?
Posiblemente sea cierto que no podemos elegir el mundo que se nos viene encima, pero al menos debemos intentar escoger como lo viviremos.
Sin pretender ser moralista o profeta, vale decir que desde la universidad pueden intentarse otras realidades.
Vale decir que podemos renegar del futuro que se avecina y nos amenaza, que podemos apertrecharnos en el conocimiento y la investigación, nuestra investigación, con nuestros medios, con nuestros recursos con nuestras ideas, con nuestras ambiciones, con nuestras esperanzas,... para buscar y encontrar soluciones dignas a nuestros problemas, y espacios para estar y hacer dejando a un lado la contemporánea manía de ponerle precio a todo.
No debemos perder el tiempo, es decir, no debemos desperdiciarlo miserablemente. No se trata de dejar nuestro quehacer como universitarios. Por el momento, la universidad parece ser uno de los pocos espacios que van quedando para pensar y reconocer el mundo con mayor detenimiento.
Mientras tanto, quizás valga pena reconsiderar para qué ingresamos a la universidad y como podemos vivirla de mejor manera.
Al salir de ella, quizás deberíamos estar en capacidad de ofrecer algo diferente de lo que nos pidan.
Algo mejor.

Referencia
Paulina González-Pose y Joaquín Samayoa
1995 Educación superior universitaria, capítulo siete de La educación en El Salvador de cara al siglo XXI. Desafíos y oportunidades Instituto para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, Fundación Empresarial para el Desarrollo Educativo (FEPADE) y la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas". UCA editores